Ciencia para niños

La ciencia forma parte ya de las materias escolares. Gracias a ella se consigue despertar el pensamiento crítico de los niños y su vocación científica. Convertir un huevo en pelota que bota o “fabricar” nieve en agosto, no es magia, ¡es ciencia!

Cienciaterapia es una asociación dedicada a la realización de talleres de ciencia divertida a niños hospitalizados, cuyo principal objetivo es aliviar las molestias del pequeño mientras permanece ingresado y también fomentar su vocación científica. “Durante nuestros talleres los niños desconectan de la rutina del hospital. La participación en la realización de los experimentos científicos les hace olvidarse por unas horas del dolor y les permite conocer una imagen accesible y divertida de la ciencia”, explica Jesús Ángel Gómez Martín, químico y presidente de Cienciaterapia.

 

Enseñar ciencia en casa
Los padres también tienen en sus manos la posibilidad de acercar la ciencia a sus hijos. Pueden realizar experimentos científicos en casa como actividad de recreo con sus hijos, asegurando unas horas de entretenimiento en familia. “A veces, no se sienten seguros a la hora de explicar contenidos de carácter científico. Por ejemplo, en ocasiones los padres atribuyen a la “magia” muchos fenómenos que ocurren en la vida cotidiana, ya sea por no perder tiempo en explicarles lo que realmente está sucediendo o por desconocimiento. En este caso, una opción podría ser informarse y después explicarles las causas”, aconseja el químico. Esto le permitirá al niño ir desarrollando un pensamiento crítico y no tener la idea de que las cosas “suceden así porque sí”.

  

Experimentos divertidos
Todos estos experimentos, deben realizarse bajo la supervisión de un adulto.

 Un huevo convertido en pelota. Edad: 6-10 años. Este es el experimento que más gusta a los niños. Se necesita un huevo y vinagre. Meter dentro de un vaso el huevo y cubrirlo con vinagre. La reacción entre el ácido y el bicarbonato de calcio de la cáscara de huevo produce dióxido de carbono. Hay que dejar el huevo en remojo unas 24–48 horas. Al cabo de este tiempo, se saca y se lava con agua. Resultado: el huevo pierde la cáscara, aumenta de tamaño y adquiere una consistencia gomosa, de manera que si lo dejamos caer bota. 

Cómo hacer nieve artificial. Edad: 8-12 años. Se necesita un pañal de bebé, un vaso y agua. Hay que romper el pañal para extraer obtener un polímero superabsorbente: un polvo blanco que se encuentra mezclado con el algodón del pañal. Echar el polvo blanco en el vaso y añadir agua. En unos minutos se convertirá en nieve. 

Lámpara de lava casera. Edad: 6-10 años. En un vaso de agua con aceite, dejad caer unas gotas de tinta roja hasta que lleguen al fondo. Añadir dos pastillas efervescentes. Éstas se disuelven al mismo tiempo que desprenden dióxido y se forman turbulencias en el vaso.

 Copa multicolor. Edad: 8-12 años. Necesitáis una copa alta, cuchara, caramelo líquido, miel, agua, aceite de girasol, aceite de oliva y alcohol. Echar en el fondo caramelo líquido, con cuidado de que no toque las paredes de la copa. Después la miel, con cuidado igualmente. Para echar los líquidos restantes, hay que utilizar una cuchara procurando que no caigan directamente: agua, aceite de girasol, aceite de oliva y alcohol. Resultado: una copa con seis capas de líquidos que se mantienen separadas por su distinta densidad. 

 – ¡Estas pasas están vivas! Edad: 4-8 años. Se necesita un puñado de pasas y una bebida gaseosa. Echar en un vaso la bebida y añadir las pasas: éstas flotan por las burbujas de gas que se pegan en ellas, pero al llegar a la superficie, se liberan las burbujas y las pasas vuelven a hundirse. Están continuamente en movimiento: suben y bajan sin parar.