Vientre de alquiler: ¿cómo es el proceso y en qué países se realiza?

El “vientre de alquiler” o la subrogación uterina (como se conoce en términos médicos) consiste en que una mujer presta su útero para engendrar un bebé al que renuncia tras el parto. Personajes famosos, como Ricky Martín o Miguel Bosé, han elegido esta opción para convertirse en padres.

El “vientre de alquiler” es una opción a la que recurren las parejas que no pueden tener hijos: buscan a una mujer que presta su útero para engendrar un bebé al que renuncia tras el parto. Para conseguir el embarazo se recurre a las técnicas de reproducción asistida (Fecundación in Vitro (FIV), inseminación artificial) y la mayoría de las veces se paga a la mujer que presta su vientre, aunque también hay casos en que se realiza de manera altruista, como por ejemplo cuando se hace entre hermanos u otros familiares. Desde el punto de vista médico está indicado recurrir a esta técnica cuando la mujer carece de útero, si tiene malformaciones muy graves en el mismo (útero muy pequeño, con adherencias debido a muchos legrados por abortos, etc.), o si sufre alguna patología grave que le impida el embarazo (problemas graves de corazón o riñón, etc.).
Alquilar el vientre de una mujer para conseguir ser padres también tiene inconvenientes: la madre de alquiler puede establecer vínculos afectivos con el bebé, sobre todo durante el último trimestre de embarazo, de manera que tras el parto puede que sienta la necesidad de quedarse con el niño; en caso de que el bebé nazca con malformaciones o algún problema, los padres que han alquilado el vientre puede que no quieran al niño; o cuando la pareja o persona que ha alquilado el vientre pide que se practique un aborto porque el feto viene con malformaciones y la madre de alquiler no quiere abortar.

Modalidades del vientre de alquiler
Cuando se opta por alquilar el vientre de una mujer para ser padres se suele firmar un contrato entre ambas partes mediante el cual la madre de alquiler renuncia a todos los derechos sobre el hijo que va a engendrar.

  1. La modalidad más frecuente es la de una pareja en la que la mujer no puede tener hijos por carecer de útero. Mediante Fecundación in Vitro se cogen los óvulos de la mujer y se fecundan con los espermatozoides del varón. Los embriones se transfieren al útero de la madre de alquiler. Los niños engendrados son hijos biológicos de la pareja.
  2. Se utilizan óvulos de donante y esperma de la pareja o del varón soltero para conseguir los embriones y transferirlos posteriormente al vientre de alquiler.
  3. Se emplean óvulos y espermatozoides de donantes y una vez conseguidos los embriones se transfieren al útero de alquiler. “Aquí se entra en un problema que puede convertirse en una alternativa rápida a la adopción, sólo estaría al alcance de las clases más pudientes, y si la pareja lo utiliza para evitar esperas se convierte en una modalidad poco humanizada”, explica el Dr. Marcos Ferrando, director de la clínica de reproducción asistida IVI Bilbao.
  4. Existe la posibilidad de que la madre de alquiler también sea la donante de óvulos. En este caso, se la insemina con los espermatozoides del varón de la pareja hasta conseguir el embarazo.
  5. Por último, la madre de alquiler dona sus óvulos (como en la modalidad anterior) y se la insemine con esperma de donante hasta conseguir el embarazo.

Países donde son legales los “vientres de alquiler”
En España no es legal emplear esta técnica, ya que la ley dice: “La madre es la que pare al hijo”. En el hipotético caso de que una pareja tuviera hijos mediante un “vientre de alquiler” y la madre que presta su útero quisiera quedarse con el bebé tras el parto, la ley le daría la razón.
Hay países en los que sí es legal esta práctica y además está regulada. La mayoría de los estados de Estados Unidos lo acepta, siendo en California donde más se realiza. También se puede llevar a cabo en la India (permite la subrogación comercial para las parejas heterosexuales con problemas de fertilidad de la India, quedan vetados los extranjeros)Reino Unido (se permite siempre que no se pague a la madre que alquila su vientre)Grecia (siempre que no esté pagado y si los embriones son de la pareja), Canadá (es legal siempre que sea altruista, no se puede pagar a la gestante pero sí se admite que se abonen los costes derivados del embarazo), Sudáfrica (solo se permite la subrrogación altruista, con compensación, y siempre que haya un componente genético, es decir, si el óvulo o el esperma pertenecen a los padres que encargan la gestación) y Portugal (la legislación regula su uso por parte de mujeres que no tengan útero o que sufran de algún problema en este órgano que les impida quedarse embarazadas, la mujer que presta su vientre no puede hacerlo de forma remunerada).
Existen agencias que organizan todo el proceso: ponen en contacto con la clínica que realiza la técnica, se encargan del papeleo, informan de los costes, etc. El precio es alto porque además de lo que cuestan las técnicas de reproducción asistida hay que añadir lo que cobra la madre de alquiler, la agencia, viajes, alojamiento, etc. Muchas parejas que no pueden tener hijos acuden a algunos de estos países para ser padres. El hecho de hacerlo fuera de España no supone ningún “delito” si se lleva a cabo en un país donde las leyes lo contemplan y regulan todo el proceso.