Dormir poco y mal puede provocar en los adolescentes bajo rendimiento escolar, además de cambios de humor y de conducta. Muchos compensan esa escasez de sueño con el consumo de estimulantes, como por ejemplo las bebidas de cola.
Un estudio realizado con 1.155 alumnos de secundaria (entre 11 y 18 años) de nueve centros escolares públicos y privados de Cuenca, revela que los adolescentes con más cansancio al levantarse y somnolencia diurna tienen peor rendimiento escolar. El estudio descubre también la pérdida de casi dos horas al día de sueño durante la semana laboral, un dato que coincide con otro trabajo realizado en Estados Unidos. Esa falta de sueño puede repercutir negativamente en la salud de nuestros hijos y en su rendimiento escolar, ya que afecta directamente a su capacidad de aprendizaje. “La falta de sueño tiene repercusión directa en el rendimiento escolar, puesto que afecta a la capacidad de atención y a la memoria, y puede conducir al fracaso escolar”, explica el psicólogo Francisco Segarra. A esto hay que añadir que las asignaturas más fuertes suelen impartirse a primera hora de la mañana, cuando el nivel de atención en los chicos con falta de sueño es más bajo.
La falta de sueño puede provocar también alteraciones a nivel conductual, anímico y cognitivo. “Los adolescentes, además, compensan la falta de sueño con el consumo de estimulantes, sobre todo cafeína (bebidas de cola)”, advierte Francisco Segarra.
Pautas para ayudarle a dormir
Para que aprenda a dormir, es necesario establecer una rutina en sus hábitos diarios. Ten en cuenta que los adolescentes deben dormir una media diaria de 9 horas:
– Acostarse y levantarse siempre a la misma hora. Además, han de tener unas rutinas claras durante el día (comidas, trabajo, ocio, deporte).
– La habitación en silencio. Además de ventilada, debe estar exenta de ruidos y mantener una temperatura agradable (entre 18 y 23º C). La cama ha de ser amplia y ancha y el colchón ni muy duro ni muy blando.
– La cama sólo para dormir. No deben utilizar la cama para otra actividad que no sea la de dormir. Ver la tele, leer, jugar… han de realizarse en otros espacios.
– Hacer deporte. Se recomienda que realicen deporte (fútbol, baloncesto, natación, etc), así cuando llegue la noche conciliarán mejor el sueño. No realizar esfuerzos o actividades agitadas justo antes de acostarse.
– Tomar un baño caliente de unos diez minutos de duración antes de acostarse les ayudará a relajarse y conciliar el sueño.
– No a las bebidas excitantes, como colas, café, té, o cacao.Y, por supuesto, nada de alcohol y tabaco. Todo ello altera los patrones del sueño y provoca irritabilidad y cansancio.
– Cenar unas dos horas antes de irse a la cama, de esta forma no se acostarán con el estómago lleno. Pero ¡ojo!, tampoco es bueno que se vayan a dormir con hambre.