Alergia a la leche y al huevo

Un nuevo método de inmunoterapia está consiguiendo curar la alergia a la leche y al huevo en los niños. Consiste en administrar de manera gradual y lenta pequeñísimas cantidades del alimento hasta que sea tolerado. Se debe realizar en una unidad de alergia hospitalaria para controlar cualquier posible reacción.

El nuevo método para superar la alergia alimentaria consigue porcentajes de curación muy altos: alrededor del 90% en niños con alergía leve o moderada y del 70% para pacientes que tienen clínica muy grave (anafilácticos). Consiste en la administración gradual, lenta y paulatina de pequeñísimas cantidades del alimento, aumentando la cantidad hasta alcanzar una buena tolerancia. Para la leche de vaca se considera éxito tolerar un vaso de 200 cc y para el huevo una unidad. “Lógicamente este procedimiento conlleva riesgos y hasta el 60–70% de los niños tiene alguna o varias reacciones durante el mismo; se ha utilizado sobre todo para tratar la alergia a la leche y al huevo porque son los alimentos que producen más problemas en los niños alérgicos, ya que son difíciles de evitar con éxito, pero se aplica también de forma puntual para tratar alergia a otros alimentos”, explica la Dra. Elena Alonso Lebrero, alergóloga infantil del Hospital Materno–Infantil Universitario Gregorio Marañón, en Madrid. Debe ser realizado siempre en un lugar donde existan medios y personal cualificado para tratar estas reacciones que en los casos de niños muy alérgicos pueden ser graves.

Cómo superar la alergia a la leche y al huevo
Aunque la alergia a la leche y al huevo suele desaparecer por si sola en los primeros años de vida, existe un porcentaje de casos en los que permanece. Este tratamiento se suele llevar a cabo en niños a partir de los cinco años, ya que a esta edad la posibilidad de que toleren la leche o el huevo de manera espontánea es menor.
Existen diferentes pautas para realizar el tratamiento que dependen de factores como la gravedad de la alergia, las posibilidades de visitas que pueda realizar la familia (limitaciones laborales, escolares y de distancia) y de la capacidad y recursos tanto de espacio como humanos que tenga el centro en que se realiza. Por regla general, el niño acude al centro hospitalario una vez a la semana para tomar la cantidad del alimento y ver si la tolera. Una vez tolerada, debe tomarla también en su domicilio hasta la próxima visita en la que se aumentará la dosis. “La leche se toma a diario y el huevo al menos 2–3 veces por semana. Además siguen dieta libre para todos los productos que contienen estos alimentos y que antes no podían tomar”, explica la alergóloga. En cuanto a la duración del tratamiento, depende mucho de cada paciente: “En nuestro centro donde  actualmente disponemos de un día a la semana para esta actividad, la duración de la tolerancia a leche está como término medio alrededor de los tres meses y algo menos para el huevo pero este tiempo tiene variaciones muy amplias según el paciente”, apunta la Dra. Elena Alonso Lebrero.
Una vez alcanzada la tolerancia al alimento, el niño debe seguir tomándolo en casa según las indicaciones del médico durante al menos un año, ya que si no se hace así puede haber recaídas y perder la tolerancia ganada. “En algunos centros se ha realizado la supresión durante un tiempo para ver la evolución del paciente pero los resultados lo desaconsejan ya que las recaídas son muy frecuentes”, advierte la alergóloga.

En qué niños está contraindicado el tratamiento
Aunque no existe contraindicación absoluta, en algunos niños es un procedimiento difícil. “Si no se avanza y/o el paciente tiene muchas reacciones graves se valora junto con los padres la posibilidad de suspender el tratamiento. En algunos casos tras suspenderlo, con mejor situación del paciente o del equipo médico se ha reanudado consiguiendo terminarlo con éxito”, puntualiza la especialista.
Asimismo, hay que destacar que algunos pacientes alcanzan una tolerancia parcial, es decir, pueden tomar por ejemplo hasta 100 cc de leche (medio vaso de leche), lo cual les permite un consumo libre de la mayoría de los alimentos que contienen leche sin presentar problemas. Aunque no podrán tomar un tazón de leche, bollería, pasteles, rebozados con huevo, mayonesa, etc.
Este tratamiento de tolerancia a los alimentos se realiza cada vez en mayor número de centros públicos, pregunta a tu pediatra si el centro que te corresponde por zona lo lleva a cabo.