Aún no habla

El niño suele comenzar a decir sus primeras palabras al año de edad. Sin embargo, cada pequeño avanza a distinto ritmo, por lo que es posible que tarde más o menos en hablar. A los 20 meses sería el límite para decir alguna palabra y a los 24 para pronunciar dos palabras que formen una frase. Si tarda en hacerlo, ¿sabes cuándo es normal y cuándo no?

Mamá”, “papá”, “tete”, “agua”… son las primeras palabras de los bebés cuando comienzan a hablar. Esto suele ocurrir al cumplir el primer año o un poco antes, todo depende del nivel de maduración. “Puede empezar un poco más tarde y es completamente normal; las construcciones más complejas, como son las combinaciones de palabras ocurren alrededor de los dos años”, explica Raquel López Vergara, psicóloga “Grupo Crece”. A los cinco años el niño debe estructurar correctamente las oraciones, los tiempos verbales, los plurales, etc.


¿CUÁNDO NO ES NORMAL Y QUÉ HACER?
A los 16 meses es recomendable que el niño emita algún sonido tratando de comunicarse, a los 20 meses sería el límite para decir alguna palabra y a los 24 meses para decir dos palabras que formen una frase.En caso de traspasar estos límites y si se nota un retardo grande en la evolución normal del habla, es importante consultar con el pediatra para que estime las pruebas oportunas o le derive al especialista indicado“, indica la psicóloga. También hay que tener en cuenta que cada bebé tiene su ritmo y no siempre que tarda en hablar es causa de un problema o del entorno, simplemente el niño necesita tiempo. 
¿Qué puede retrasar el desarrollo del lenguaje en el niño? Estas son algunas de las posibles causas:
– El desarrollo completo del lenguaje se dificulta cuando los padres tienen diferente lengua. Pero a la larga, esto será muy positivo para el niño ya que desarrollará con facilidad ambas lenguas.
– También, si los padres lanzan mucha presión al niño para que hablé: “di mamá, maaaaamá”. Esto no es recomendable, el niño percibirá la tensión y tenderá a inhibirse.
– La falta de estimulación puede ser una causa, es decir, si el niño pasa muchas horas con poca gente, por ejemplo, si no tiene hermanos, si sus padres no hablan demasiado…
– No hay descartar algún problema neurológico o auditivo (si no oye no puede desarrollar el lenguaje).
– Otra causa puede ser un problema logopédico, producido por cualquier dificultad en la musculatura implicada en el aparato fonador (lengua, paladar, garganta, oído). Por ejemplo, el tener el frenillo (pliegue que hay justo debajo de la lengua) muy corto, puede dificultar los movimientos de la lengua para hablar.

 

EJERCICIOS PARA FAVORECER EL LENGUAJE
Es muy importante la actitud de los padres: “Deben mostrarse alegres en la comunicación con el bebé, que lo perciba como algo relajado, divertido, positivo. Enseñar al niño a disfrutar de comunicarse”, aconseja la psicóloga.
Estimular a los bebés con sonidos, música, palabras, contacto con otros (niños o adultos), establecer comunicación con ellos con frecuencia.
– Apoyarse en gestos a la hora de hablar al bebé, exagerando los sonidos, usando palabras cortas y sencillas, fáciles de percibir.
– Usar tonos agudos y musicalidad en el habla, no un habla monótona.
– Repetir los balbuceos o sonidos que emita el niño, y también las palabras cuando empiece a pronunciarlas, el niño la pronunciará mal, nosotros se la devolveremos bien pronunciada en tono cariñoso, nunca como corrección.
– El niño puede decir “abbba” y sus papas le dirán: “¿agua?, ¿quieres agua?, toma agua”.
– Utilizar juguetes que impliquen soplar y mover objetos con el soplido, o realizar ejercicios como soplar velas o llenar un globo, hacer movimientos con la boca y los labios, sonidos guturales, hinchar los carrillos con aire y soltarlo… Estos ejercicios fortalecen la musculatura implicada en el aparato fonador.