La enfermedad celíaca es cinco veces superior en la infancia respecto a la población adulta y está producida por la intolerancia al gluten, presente en cereales como el trigo, el centeno y la cebada. El único tratamiento eficaz es la exclusión del gluten de la dieta del niño.
La dieta sin gluten es el único tratamiento eficaz de la enfermedad celíaca. La exclusión del gluten permite la recuperación de la pared intestinal y de su función. La dieta sin gluten está libre de efectos secundarios y no requiere suplementación alguna. El niño puede tomar cereales sin gluten (máiz o arroz), pero debe tener cuidado con los productos procesados que lo contienen (bollos, hamburguesas, galletas, etc). Debes mirar siempre los ingredientes que aparecen en el etiquetado y, si coméis fuera de casa, preguntar al encargado del establecimiento. Actualmente ya hay muchos restaurantes que elaboran cartas especiales para celiacos, donde incluyen menús sin gluten.
Un celíaco correctamente diagnosticado y fiel a la dieta sin gluten, es una persona con un intestino normal, que no necesita suplemento nutricional ni medicación. En ausencia de complicaciones y enfermedades asociadas, no tiene porqué realizar más controles médicos que los habituales en la población general.
Actualmente se está llevando a cabo un importante estudio multicéntrico, financiado por la Comunidad Europea (www.preventcd.com) para investigar la influencia de la historia dietética sobre la prevención de la enfermedad celíaca. “Se está investigando –explica la Dra. Farré– si la administración de pequeñas cantidades de gluten en lactantes puede inducir que el sistema inmune “aprenda” a tolerar esta proteina. Este proceso, llamado “desensibilización” o “inducción de tolerancia”, se aplica en niños genéticamente susceptibles (marcadores genéticos DQ2 y/o DQ8 positivos), familiares de pacientes celíacos. Los resultados de este proyecto serán muy valiosos para el conocimiento y la innovación en el manejo de la enfermedad”.
La prevalencia de la enfermedad celíaca en la infancia es cinco veces superior a la de la población adulta. Así se desprende de un reciente estudio epidemiológico con 4.230 participantes de entre 1 y 80 años que publica la revista científica Alimentary Pharmacology and Therapeutics, realizado en colaboración entre el Hospital Sant Joan de Déu, el Hospital Mútua de Terrassa y la Universidad de Barcelona. “Las posibles causas de esta dramática caída de la prevalencia con la edad son difíciles de explicar, sobre todo si consideramos el carácter permanente de la enfermedad”, apunta la Dra. Carme Farré, miembro de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) y coautora del estudio.
¿Ante qué síntomas se debe acudir al médico?
Cuando el niño celiaco toma alimentos con gluten se produce una reacción inflamatoria que causa aplanamiento de las vellosidades que recubren el intestino e interferencias en la absorción de nutrientes.
Se puede detectar por sus síntomas clínicos típicos (diarrea y distensión abdominal) o mediante análisis de sangre por la presencia de anticuerpos específicos. Pero, ¿cuándo acudir al médico? La Dra. Farré comenta que “la enfermedad celíaca se ha calificado de camaleónica en el sentido de que puede adquirir las formas clínicas más impensables. En niños, aparte de la clásica diarrea con distensión abdominal, los vómitos y el estancamiento de peso y/o talla sin causa aparente, son importantes motivos de consulta, además del dolor abdominal o el estreñimiento crónico, etc”.