El calor y el ejercicio físico aumentan el riesgo de deshidratación en los niños durante el verano, sobre todo si hay ola de calor. La mejor manera de evitar el problema es ofrecerles agua. ¿En qué momento deben beber?, ¿a qué temperatura ha de estar el agua?, ¿qué cantidad necesitan a diario? o ¿qué alimentos son ricos en agua?
El verano llega cargado de calor y el riesgo de deshidratación se dispara en los más pequeños. Beber agua es la mejor manera de evitar la deshidratación, quitar la sed y combatir el calor. Según explica el Dr. Jesús Román, secretario general del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud y profesor de Nutrición en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, los niños son más sensibles a la deshidratación que los adultos porque su cuerpo es más pequeño y pierde más líquido, “se les debe ofrecer agua con frecuencia porque se mueven mucho y tienen menos percepción de la sed”, indica.
Cuándo y cómo debe beber agua
El aumento de la temperatura ambiental, como ocurre en verano y sobre todo con olas de calor, requiere aumentar la cantidad de agua que se bebe al día. Según el estudio “El agua mineral natural en la infancia”, elaborado por el Instituto de Investigación Agua y Salud y la Asociación Española de Pediatría, se recomienda añadir a la ingestión normal de agua una cantidad extra de hasta 300 ml de agua (según la edad) por cada grado de temperatura que superen los 37 º C. Y si el niño realiza ejercicio físico, es importante que beba agua durante el juego o el ejercicio lo antes posible ya que la sed no aparece hasta que la deshidratación alcanza alrededor del 1–2%. “La sed es un mecanismo “falso”: cuando se enciende es que el organismo ya ha empezado a perder líquido”, advierte el Dr. Jesús Román.
En cuanto a la temperatura de la bebida, cuando se ingiere fría, se evacúa más rápidamente del estómago contribuyendo así a la disminución de la temperatura corporal. Sin embargo, se aconseja que el agua tenga una temperatura inferior a la ambiental, especialmente cuando se realiza ejercicio físico en ambiente caluroso, según se refleja en el estudio. “La temperatura del agua debe estar entre 14–15 º C. Si está muy fría se absorbe más despacio y si está templada no quita la sensación de sed”, dice Román.
Síntomas de deshidratación
En niños mayores no suele ser difícil reconocer la existencia de deshidratación y, generalmente, la sed es uno de los primeros síntomas que aparecen. “Los primeros síntomas de deshidratación son boca seca, malestar, pérdida de coordinación y concentración y aparecen cuando se pierde el 1% del agua corporal”, explica Jesús Román. En los niños pequeños no es tan claro detectar la deshidratación, ya que no saben expresar lo que les ocurre, sobre todo si son lactantes. Hay que observar si el pequeño muestra irritabilidad y decaimiento. Posteriormente, comienzan a observarse signos más evidentes: llanto sin lágrimas, boca y lengua secas, piel poco turgente, disminución de la producción de orina, fontanela hundida, piel de color grisáceo.
Según el citado estudio, de 0 a seis meses, la necesidad diaria se estima en 0,7 l de agua, asumiendo que en esta edad el agua proviene en gran parte de la leche materna. Entre los siete meses y el año de edad, requieren 0,8 l diarios de agua, asumiendo que esta cifra proviene tanto de la leche materna como de los alimentos ingeridos así como de otras bebidas complementaria.
Los niños entre uno y tres años necesitan diariamente un total de 1,3 l de los cuales se recomienda que 0,9 l sean de agua (unos cuatro vasos) y los que tienen entre cuatro y ocho años requerirán algo más (1,4 l de los cuales 1,2 l o cinco vasos serán de agua).
A partir de los nueve años empiezan a producirse diferencias entre las necesidades no sólo por las edades de los niños sino también por su sexo. Los varones de nueve a 13 años requieren 2,4 l (1,8 l de ellos en forma de agua), los que tienen entre 14 y 18 años, 3,3 l (de los cuales 3,0 l serán agua). Las mujeres requerirán de nueve a 13 años una cantidad diaria de 2,1l (1,6 l en forma de agua) y de 14 a 18 años,unos 2,3 l (de los que 1,8 l serán de agua).
Alimentos con alto contenido en agua
Se debe tener en cuenta también que los alimentos incluidos en la dieta del niño sean de alto contenido en agua.“Las frutas y verduras contienen un 90% de agua”, aclara el Dr. Jesús Román. Por eso es importante aumentar su presencia en la dieta del niño durante la época de calor. En el caso de las frutas puedes ofrecérselas crudas o en zumo o batido. Las verduras pueden prepararse en forma de sopa fría (gazpacho), ensalada o cremas. Procura elaborar estos platos con más cantidad de agua para aligerar su textura, así te aseguras de que ingiere una mayor cantidad de líquido. Si cuidas su dieta y le ofreces con frecuencia agua podréis disfrutar del verano sin riesgo de deshidratación.