La gastroenteritis aguda es muy frecuente en los niños y su principal síntoma es la diarrea. Suele durar 4 o 6 días y su tratamiento se basa en hidratación con suero oral de farmacia. Si dura más de una semana, aparecen restos de sangre y moco en las heces, la fiebre no desaparece, o hay signos de deshidratación, acude al pediatra.
La gastroenteritis aguda (GEA) es muy frecuente en los niños, sobre todo en los 4 primeros años de vida. Se calcula que durante esta época de su vida pueden tener entre 2 y 4 episodios al año. “La mayoría de las veces estos procesos están ocasionados por virus y ocasionalmente por bacterias o parásitos intestinales”, explica el Dr. Félix Sánchez-Valverde Visus, jefe de de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica en el Hospital Virgen del Camino (Pamplona).
Si la gastroenteritis dura más de una semana, no desaparece la fiebre o se acompaña de heces explosivas (deposición líquida y ácida acompañada de aire)y eritema (enrojecimiento e inflamación) alrededor del ano, es necesario acudir al pediatra. “Cuando el cuadro se cronifica o presenta alguna complicación hay que ver la evolución clínica y valorar la necesidad o no de realizar controles bacteriológicos”, dice el especialista.
SÍNTOMAS DE LA GASTROENTERITIS AGUDA EN NIÑOS
El síntoma fundamental de la GEA es la diarrea, que puede ir acompañada de vómitos (muy frecuente), fiebre y pérdida de apetito. De forma menos frecuente se acompaña de otros síntomas, como procesos catarrales. La gastroenteritis aguda, sobre todo la de origen vírico, es autolimitada (desaparece por si sola) y suele durar 4-6 días. “Una duración superior a una semana exige una evaluación por el pediatra para descartar alguna intolerancia alimentaría secundaria u otros problemas derivados”, advierte el pediatra.
En ocasiones, la diarrea puede aparecer con restos de sangre y moco, algo que alarma muchos a los padres. Siempre que ocurra hay que acudir al pediatra. “Los pediatras llamamos a estas diarreas enteroinvasivas y suelen estar producidas por bacterias que lesionan la mucosa del intestino grueso (colón), al producir pequeñas ulceraciones, originan deposiciones liquidas con sangre y moco, también llamadas colitis. Aunque este tipo de diarreas pueden durar más y se pueden cronificar, en muchas ocasiones también desaparecen solas. En cualquier caso, en esta situación es necesario hacer un cultivo de heces para tratar de identificar el germen o bacteria que ocasiona la gastroenteritis”, advierte el pediatra.
TRATAMIENTO Y DIETA PARA LA GASTROENTERITIS
Cuando el niño tiene diarrea hay que vigilar muy bien su hidratación. Los signos de la deshidratación son: sequedad de piel y mucosas, con falta de turgencia en la piel por perdida de líquidos (se le coge un pellizco en el abdomen y el pliegue se le queda marcado), ojos hundidos y mal aspecto general; el pequeño se muestra poco reactivo y poco comunicativo con el entorno. Si observas estos síntomas debes acudir a urgencias.
1. Rehidratación oral. Para evitar la deshidratación, debes ofrecerle suero oral de farmacia durante varias horas (entre 6 y 12). “La rehidratación oral hay que darla y ofrecerla de forma muy frecuente cada 20-30 minutos e incluso a demanda del niño. “Si es muy pequeño se le debe ofrecer también de forma ocasional agua libre (sin sales) para evitar que ingiera un exceso de sales”, dice el especialista.
Los pediatras recomiendan utilizar el suero oral de farmacia porque contiene el equilibrio ideal de sales. El suero casero o las bebidas isotónicas pueden no contener las suficientes para estos casos. “En la diarrea hay una pérdida de sales mucho mayor que la que se produce en el ejercicio físico con el sudor. Por este motivo los pediatras no aconsejamos bebidas cuyo diseño se ha realizado para reponer las perdidas ocasionadas con el ejercicio físico y/o sudoración, llamadas bebidas isotónicas”, dice el especialista.
2. Alimentos astringentes. Al cabo de las 6-12 horas con rehidratación oral se le pueden ofrecer alimentos astringentes: arroz, pollo, zanahoria, manzana, plátano, limón.
3. Antibióticos. Solo se deben administrar antibióticos en casos muy concretos y cuando se detecta en el cultivo de heces una bacteria especifica. “Además, hay que tratar con antibióticos a los niños bajos de defensas y a los lactantes muy pequeños con cuadro clínico muy intenso en caso de sospecha de gastroenteritis enteroinvasiva (heces líquidas con sangre y moco)”, dice el pediatra.