La dieta de los colores

La dieta de los colores consiste en combinar platos con vegetales de diferente color, teniendo en cuenta que cada variedad cromática aporta una serie de propiedades nutricionales. Aunque se ha impuesto dentro de la dieta de los adultos, resulta estupenda para los niños, sobre todo para los que no quieren comer vegetales, ya que transforma los platos en un espectáculo de color.

Los niños no suelen llevarse bien con las frutas y las verduras. Por eso, cuando se las ofrezcas, conviene que las distribuyas en el plato combinando sus colores. Por ejemplo, puedes alternar rodajas de kiwi y de plátano. Lo importante es que a lo largo de la semana tome alimentos de diferente tonalidad, además ten en cuenta si ya se han introducido en su dieta sin ningún problema.

BLANCO. Los alimentos de este color son ricos en alicina y en potasio. Ayudan a reducir el colesterol y a prevenir la diabetes tipo II. También son buenos para evitar los calambres musculares que aparecen cuando se realiza deporte o ejercicio. Puedes encontrar blanco en la chirimoya, plátano, pera, melón, coliflor, champiñón y puerro.
Prueba a preparar una crema o puré de puerros y picar sobre la misma trocitos de calabaza cocida. Será un espectáculo para la vista y para el paladar.

NARANJA. Los alimentos de color naranja o amarillo son ricos en beta–caroteno (pro-vitamina A), vitamina C, potasio y ácido fólico. Ayudan a tener una piel y una visión sanas; además fortalecen su sistema inmunitario, protegiéndolos de posibles infecciones. Se puede encontrar en las naranjas, mandarinas, albaricoque, mango, melocotón, níspero, piña, calabaza y zanahoria.
Puedes saltear en la sartén espinacas y zanahoria rallada, el contraste del verde y el naranja invita a comer. Otra opción vistosa consiste colocar una rodaja de piña en el plato y rellenar su centro con trozos de melocotón o albaricoque.

VERDE. Los alimentos verdes son ricos en luteína (mantiene sana la vista), potasio, vitaminas C y K y ácido fólico. Destacan el kiwi, el aguacate, la uva verde, el brécol, los guisantes, el calabacín, la espinaca, la judía verde, la lechuga y el pepino.
Elabora un puré de guisantes y judía verde, y ralla sobre el mismo zanahoria cocida. O saltea en la sartén guisantes y trocitos de coliflor y zanahoria cocidas.

ROJO. Contienen licopeno, y ayudan a mantener una buena memoria y a disminuir el riesgo de enfermedades del sistema urinario. Puedes encontrar este color en las fresas, frambuesas, cerezas, sandía, manzana roja, pimiento rojo y tomate.
Prueba a elaborar un cóctel de frutas con trocitos de melón y frambuesas, o con sandía y arándanos.

VIOLETA. Los alimentos de color violeta son ricos en antioxidantes y ayudan a nuestros hijos a mantener una buena memoria. Encontrarás este color en el arándano, la ciruela, el higo, la mora, la uva negra, la berenjena, la col lombarda y la remolacha.
Mezcla trozos de uva negra y uva verde (no olvides quitarles la semillas), o prepara una ensalada de verduras cocidas (remolacha, zanahoria y coliflor) y alíñala con aceite de oliva.