Los moluscos contagiosos son unos virus que producen infección en la piel de los niños, dando lugar a una pequeñas verruguitas brillantes y umbilicadas (ligeramente hendidas en el centro). Los moluscos se eliminan a través de sustancias caústicas que queman la lesión o mediante el curetaje, un método más rápido que realiza el dermatólogo.
Cada vez son más los niños que presentan moluscos en su piel, una infección vírica muy difícil de erradicar que suele contagiarse en el agua de las piscinas. “En los últimos años ha aumentado notablemente la frecuencia de niños con Molusco Contagioso llegando a afectar a entre un 5 y un 10 % de la población infantil. Parece que la vía de propagación preferente, aunque no exclusiva, es el agua de las piscinas; de todas formas, se desconoce exactamente su vía de transmisión, con lo cual tampoco pueden darse consejos demasiado precisos en cuanto a prevención”, dice el Dr. Ferran Cachadiña, pediatra en Fundació Hospital de Nens de Barcelona. Los moluscos suelen tardar mucho tiempo en desaparecer porque los niños se rascan la piel y expanden la infección, pudiendo llegar a sobrepasar los 12 meses; la buena noticia es que se trata de una enfermedad autolimitada, es decir, desaparece espontáneamente. Las complicaciones más características son el arrancado involuntario de las lesiones y la sobreinfección de las mismas.
SÍNTOMAS DE LA INFECCIÓN POR MOLUSCOS
Los niños menores de 5 años son los más afectados por la infección de moluscos contagiosos, que suele aparecer durante el cursos escolar. El principal síntoma es la aparición de unas pequeñas lesiones del color de la piel, como pequeñas verruguitas brillantes umbilicadas (están hundidas en su parte central) que pueden aparecer en cualquier zona del cuerpo. Los niños con la piel atópica (muy seca y con descamaciones) son especialmente sensibles a esta infección y en ellos los moluscos son más difíciles de combatir, posiblemente porque el rascado que caracteriza a la enfermedad ayuda a su propagación.
Si tu hijo tienen moluscos no es necesario que deje de ir al colegio, pero sí debes indicárselos a los profesores y suspender la natación como actividad extraescolar para evitar la propagación a los compañeros. Una medida para evitar el contagio es duchar a los niños después de las actividades acuáticas y cerciorarse de que no compartan bañeras ni toallas.
TRATAMIENTO PARA LOS MOLUSCOS
Existen varias técnicas posibles. Los dermatólogos pediátricos suelen preferir la técnica de raspado o curetaje, que consiste en cortar la lesión mediante una cucharilla quirúrgica; no les suele doler porque el médico lo hace rápidamente. Los moluscos pueden eliminarse también con la aplicación de alguna sustancia ácida o caústica sobre las lesiones y puede administrarse en consulta o en domicilio. “La ventaja de la aplicación tópica es que inicialmente el niño no siente molestias, el inconveniente reside en que suelen ser sustancias agresivas que producen quemadura e irritación en la piel, mal toleradas con posterioridad y que hace que el niño se rasque, con el consecuente riesgo de infección, propagación y mala cicatrización”, explica el pediatra. Se emplean en casos localizados o de difícil acceso. Existe la opción de administrar fármacos para reforzar el sistema inmunológico del niño, pero ha de estar siempre supervisada siempre por su médico. La aplicación de métodos térmicos (frío o calor) está contraindicada para el tratamiento de los moluscos, pues el riesgo de secuela es muy elevado.
No deben utilizarse las uñas para quitar el molusco tras el baño del niño, cuando la lesión se ha ablandado. El pediatra Ferran Cachadiña desaconseja esta técnica por considerarla poco higiénica y sujeta a complicaciones como la sobreinfección. Y advierte que “la aplicación del anestésico tópico EMLA debe realizarse bajo la indicación y supervisión del profesional sanitario para asegurar su correcto uso”.
CUIDADOS EN CASA
Los moluscos suelen aparecer sobre pieles delicadas, de características atópicas y que por tanto precisan de cuidados con cremas emolientes destinadas a hidratar la piel. El secado después de la ducha debe realizarse de forma suave y a toquecitos evitando la acción de frotado. En caso de prurito o picor intenso, la administración de antihistamínicos orales bajo supervisión médica puede reducir el rascado y, con ello, el riesgo de sobreinfección.