Los niños deben aprender a cocinar para mejorar sus destrezas e incluso su salud. Al cocinar, descubren nuevos sabores, se educa su gusto por la comida saludable e incluso aprenden matemáticas porque tienen que cortar, pesar y medir. ¿Qué pueden hacer a cada edad?
Aprenden a comer bien, estimula su curiosidad por probar nuevos alimentos, desarrolla el sentido de la responsabilidad, acostumbrarse a limpiar lo que ensucian en la cocina y hasta desarrollan sus destrezas psicomotoras y habilidades matemáticas (cortar, medir, pesar). Todo esto les enseña la cocina.
Dejando a un lado la cocina también es importante que llevemos a nuestros hijos a restaurantes (en los que hay que evitar pedir el menú infantil). Lo ideal es que el peque se acerque de forma lúdica a nuevos ingredientes y que pruebe productos a los que no tiene acceso en casa de manera habitual.
Aprenden a comer mejor
Se trata de una actividad con la que se consigue que los niños aprendan a comer de todo y sientan curiosidad por probar nuevos alimentos, algo fundamental a la hora de educar el gusto por la comida sana y variada, y que sentará las bases de su alimentación adulta. Otra de las ventajas es que aprenden a hacer la compra.
Más allá de los beneficios relacionados con la nutrición, es obvio que cocinar es una actividad que une y que estrecha los vínculos familiares. Requiere concentración, trabajo en equipo, paciencia, esfuerzo y también responsabilidad si, por ejemplo, necesitamos dejar algo en el fuego haciendo “chup chup” durante determinado tiempo. Además resulta entretenido y creativo. Otros puntos de responsabilidad tienen que ver con la limpieza y con la necesidad de colaborar a la hora de participar en las tareas de la casa. Enséñales a limpiar sobre la marcha.
Asimismo, favorece el desarrollo de sus destrezas psicomotoras y habilidades matemáticas como contar y medir –o distribuir el dinero de la compra–, así como la alfabetización –si leen las recetas con nosotros–. También les brinda la oportunidad de trabajar la memoria y les enseña a ser metódicos.
¿Qué pueden hacer en la cocina?
–De 4 a 6 años: que casquen huevos y los batan, que aplasten patatas o similares con el tenedor, que distribuyan la harina o mantequilla por un molde, que ensarten los trocitos de carne o fruta en una brocheta, que decoren dulces, que machaquen con el mortero.
–De 6 a 8: puedes dejarle pesar, exprimir cítricos, rallar pan, estirar masas, hacer figuritas, usar las tijeras, recoger los utensilios, guardarlos y secarlos.
–A partir de 8 años: emplatar, cortar con supervisión, usar manga pastelera, etc.
Escuelas de cocina o cocinar en casa
Si quieres contagiarle a tu hijo la pasión por la cocina, existen varias opciones: hacerlo en casa o apuntarle a una escuela de cocina específica. Respecto a estas últimas, el mercado ofrece un amplio abanico de centros especializados, sobre todo en las grandes capitales. Hasta existen libros de cocina para peques –como “Qué comemos hoy”, de Ángels Navarro, y “Pequeño Gran Chef”, de Marian Montoro–. campamentos, y jornadas para familias (Educachef).
Si finalmente optas por hacerlo en casa, no olvides tomar las medidas de seguridad necesarias. Ten en cuenta que la mayoría de accidentes infantiles se producen en el ámbito del hogar. Adapta las labores a su edad y no les dejes utilizar los cuchillos ni utensilios más peligrosos. Puedes plantearlo como un juego, con zonas prohibidas o similares que les resten “puntos”, sobre todo si tu peque es muy competitivo. Eso sí, incúlcales siempre las normas de seguridad antes, y evita hacerlo sobre la marcha. Las reglas del juego han de quedar claras.