Muchos niños lloran y se esconden cada vez que sus padres los levantan por la mañana para ir al colegio. Suele ocurrir con frecuencia a la vuelta de las vacaciones, ya que el pequeño se ha acostumbrado a estar con los padres, pero también existen otras causas. ¿Qué suele motivar esta conducta?
Muchos niños no quieren ir al colegio y los padres no saben cómo actuar. Cuando el pequeño acude por primera vez a un centro escolar es muy frecuente que llore y patalee; se trata de una situación normal que requiere un periodo de adaptación. Suele ocurrir con frecuencia a la vuelta de las vacaciones, ya que el pequeño se ha acostumbrado a estar con los padres y a no madrugar. Pero también existen otras causas. “El motivo por el cual los niños no quieren ir al colegio puede ser muy variado, aunque algunas de las posibles causas pueden ser: falta de motivación para ir a la escuela, cansancio, problemas de relación con los compañeros, acoso escolar, ansiedad…”, apunta Laura Aut, psicóloga infantojuvenil de ISEP Clínic Barcelona. Otra causa que se debe tener en cuenta es el nivel académico del centro: si el niño cree que no puede seguir el nivel de exigencia del aula, se bloquea e intenta escapar de la situación. También existen algunos acontecimientos que pueden influir en esta conducta: por ejemplo, la separación de los padres, el nacimiento de un hermano, un cambio de domicilio o la muerte de algún familiar.
DÓNDE ESTÁ LA CAUSA
Es muy importante saber el motivo por el cual los niños no quieren acudir al colegio y dependiendo de este motivo adoptar una actitud u otra. Lo importante es mantener la calma. “Los padres tienen que hablar con su hijo para que éste pueda expresar lo que siente y sepa ponerle nombre a la sensación de malestar que padece. Debéis hablar con el niño en un tono tranquilo y con tiempo suficiente para que pueda expresarse”, aconseja la psicóloga. Igualmente, hay que hablar con los hermanos, amigos y profesores para ver si ellos han notado algún cambio o el propio niño les ha contado algo. Se trata de investigar si el miedo es irracional o si el niño está siendo víctima de acoso en el colegio.
PAUTAS A SEGUIR CUANDO NO QUIERE IR AL “COLE”
– Lo primero es establecer una rutina: levantarse, desayunar, vestirse, peinarse, lavarse los dientes… Ha de seguir siempre el orden específico de las tareas y el horario determinado.
– Hablar con los profesores para que estén enterados de la situación por la que está pasando el niño; ellos actuarán en consecuencia.
– Debe ir acompañado al colegio. “Es conveniente que el niño vaya acompañado al colegio por uno de los padres o los dos hasta que vaya cogiendo confianza”, aconseja la psicóloga.
– Los padres deben implicarse en la vida escolar. Deben implicarse en las actividades del colegio y, en la medida de lo posible, participar, así el niño se sentirá apoyado y los padres podrán ver mejor cuál es la relación de su hijo con los compañeros y los profesores..
– No castigar al niño por no querer ir al colegio ni hacerle chantaje para que vaya, ir a la escuela tiene que ser algo natural.
– Dar ejemplo al niño y hacer de modelos, decirle: “Tienes que ir al colegio como yo voy al trabajo”.
CUÁNDO DEBES BUSCAR AYUDA EN EL ESPECIALISTA
Hay determinadas situaciones en las que se aconseja consultar con un psicólogo infantil. Son estas:
– La situación se alarga mucho en el tiempo.
– Existe un cambio importante en la conducta del niño. Se muestra triste, huidizo, no habla con los padres, está continuamente cansado, comienza a orinarse en la cama, etc.
– Hay un cambio significativo en la conducta escolar sin ningún motivo aparente. Si de repente, suspende muchas asignaturas.
– El niño empieza a presentar conductas agresivas o rabietas muy a menudo.
– Cuando pierde las ganas de jugar, de hacer deporte o actividades que antes le gustaban.
– Observamos señales físicas (arañazos, moratones o hematomas…) de manera continua. Pueden ser signos de que otros niños le hacen daño de manera constante, por eso es importante hablar con el niño y con los profesores.