El deporte y la actividad física son muy importantes para que el niño crezca adecuadamente. Por eso hay que acostumbrarlo desde que es bebé a realizar actividades (al principio de una manera lúdica) para prevenir en el futuro enfermedades como la obesidad y el sobrepeso. Cada edad requiere una actividad distinta, desde la Asociación Española de Pediatría nos dicen cómo debe ser en cada momento.
Uno de cada cuatro adolescentes españoles no realiza ninguna actividad física y apenas el 10% cumple las recomendaciones de practicar al menos una hora diaria de ejercicio de intensidad moderada, lo que sitúa a España como uno de los países europeos donde se practica menos deporte. La Asociación Española de Pediatría (AEP) insiste en la importancia de favorecer la actividad física y lograr así el crecimiento adecuado y correcto de los más jóvenes. “El ejercicio físico mejora las funciones cardiovasculares, la maduración del sistema músculo–esquelético y las habilidades psicomotoras, además de aumentar la autoestima y favorecer la integración. En las personas que no realizan ejercicio de forma habitual se incrementa la prevalencia de distintas enfermedades crónicas. Esto se está haciendo más patente en el caso de los niños y adolescentes y un claro ejemplo lo tenemos con los datos crecientes sobre la incidencia de la obesidad y la diabetes infantil”, explica el pediatra Serafín Málaga.
Qué actividad debe hacer el niño a cada edad
Las recomendaciones de ejercicio físico que proponen los profesionales sanitarios varían en función de la edad:
– Primera infancia (0 a 3 años de edad)
A partir del tercer mes el objetivo de la actividad física será fomentar,
de forma lúdica, el adecuado desarrollo del lactante, fortaleciendo la
musculatura necesaria para lograr desplazarse y manipular objetos con total autonomía. Conviene que se estimule el gateo, poniendo al bebé sobre una manta en el suelo para que voltee y gatee y evitar tenerlo siempre dentro del parque. Entre los 12 y 36 meses de edad el niño ya goza de cierta autonomía en sus movimientos, puede desplazarse y explorar su entorno. A medida que su habilidad para caminar progresa, los niños deberían realizar por lo menos 30 minutos de actividad física estructurada cada día. Una de las actividades recomendables es la natación para bebés.
– Segunda infancia (preescolares, 3 a 5 años)
Esta etapa es una de las más importantes ya que se desarrollan tanto las habilidades perceptivas (percepción corporal, espacial y temporal) como físicas básicas (desplazamientos, saltos, giros, lanzamientos, recepciones y reequilibrios). La actividad debe ser multidisciplinar, variada y presentarse en forma de juego. La natación es una actividad muy recomendable así como la psicomotricidad, que además favorece la interacción con otros niños de su edad.
– Tercera infancia (de 6 a 9 años)
A partir de los 6 años, se inician las actividades deportivas escolares y las clases de educación física en la escuela adquieren un papel protagonista en el desarrollo motor del menor. Lo importante a partir de esta edad es adquirir el hábito de realizar actividad física diariamente. Se recomienda practicar varios tipos de deporte, no especializarse en uno solo, cuanta más variedad más enriquecedor será.
– Pubertad (de 10 a 16 años)
En esta etapa es fundamental la consolidación de los hábitos deportivos, ya que es durante el inicio de la adolescencia cuando más riesgo se corre de dejar de realizar actividad física, sobre todo en las chicas.