La niña fue tratada al nacer con un tratamiento muy agresivo contra el sida, algo que no es habitual en los neonatos con esta enfermedad. La pediatra que atendió a la niña ha explicado que ella es partidaria de dar tratamiento antiviral desde el principio. Según sus explicaciones, los datos confirmaron que la niña tenía una elevada concentración de virus y los sucesivos análisis demostraron que el VIH se había asentado, “la medicación tardó 90 días en hacer efecto y bajar la cantidad de virus”, ha dicho, “lo que es mucho tiempo”. Sin embargo, la investigadora no tiene una explicación a lo ocurrido. Sí dio otros datos: que la niña no presenta una inmunidad natural contra el VIH, y que los análisis genéticos no muestran que sea lo que se conoce como una resistente o lenta progresora, que son personas que consiguen mantener el virus bajo control durante años sin necesitar medicación. Por todo esto, Persaud se mostró prudente, e insistió en que se trata de un caso “único”, y no se puede generalizar.