Las mujeres que padezcan la infección del virus herpes simple 2 (se transmite por vía sexual y causa herpes genital) durante el embarazo temprano tienen más probabilidades de dar a luz a un niño con autismo.
Las infecciones maternas durante el embarazo están asociadas con el riesgo de trastornos del desarrollo neurológico, incluidos los trastornos del espectro autista (TEA). Un estudio publicado recientemente y realizado en Noruega de 1999 a 2008 ha encontrado una asociación entre la infección materna por el virus herpes simple 2 (se transmite por vía sexual y causa herpes genital) durante el embarazo y el riesgo de que el niño nazca con autismo. Los investigadores buscaron la relación entre distintas infecciones maternas en el embarazo y el autismo en el niño: Toxoplasma gondii, virus de la rubéola, citomegalovirus y virus del herpes simple 1 y 2. Analizaron muestras de sangre de 442 madres de niños diagnosticados de autismo y 463 madres de niños sin autismo para detectar niveles de anticuerpos de cada uno de los agentes patógenos (Toxoplasma gondii, virus de la rubéola, citomegalovirus y virus del herpes simple 1 y 2). Encontraron altos niveles de anticuerpos contra el virus herpes 2 (VHS-2), y no contra ninguno de los otros agentes, correlacionados con el riesgo de autismo. Este vínculo sólo fue evidente en las muestras de sangre tomadas durante el embarazo temprano, cuando el sistema nervioso fetal experimenta un rápido desarrollo, no al nacer. En total, el 13% de las madres en el estudio dieron positivo en anticuerpos anti-VHS-2 a mitad del embarazo. De ellas, sólo el 12% informó tener lesiones de VHS antes del embarazo o durante el primer trimestre, una posible indicación de que la mayoría de las infecciones eran asintomáticas (sin síntomas).
Estos hallazgos apoyan la hipótesis de que la infección gestacional puede contribuir a la patogénesis del trastorno del espectro autista.