En los dos primeros años de vida aparece la alergia al pescado, que es más persistente y por tanto permanece en niños mayores y en los adultos. La alergia a frutas y frutos secos es más habitual a partir de la adolescencia, y son los alimentos que producen más reacciones alérgicas en la población adulta. Aunque en las consultas de alergia infantil se ha observado, en los últimos años, que la alergia a frutos secos se manifiesta cada vez a edades más tempranas y con clínica grave.
En los dos primeros años de vida aparece la alergia al pescado, que es más persistente y por tanto permanece en niños mayores y en los adultos. La alergia a frutas y frutos secos es más habitual a partir de la adolescencia, y son los alimentos que producen más reacciones alérgicas en la población adulta. Aunque en las consultas de alergia infantil se ha observado, en los últimos años, que la alergia a frutos secos se manifiesta cada vez a edades más tempranas y con clínica grave.
Según el estudio Alergológica 2005, las frutas son el primer alimento causante de alergia en nuestro país, seguido de los frutos secos, los mariscos y los pescados. En Europa, al igual que en España, los principales alimentos son las frutas, aunque éstas varían según los países. En Estados Unidos, los alimentos más frecuentemente implicados en alergias en los adultos son el cacahuete y los frutos secos, pescados y mariscos”.
¿PUEDE CURARSE?
Hasta hace algunos años el único “tratamiento” disponible para la alergia a los alimentos era la dieta de exclusión o evitación total del alimento. El problema radica en que el paciente alérgico puede exponerse de forma accidental al mismo y sufrir una reacción grave, además de suponer en muchos casos la renuncia a actividades sociales donde haya alimentos implicados por el miedo a sufrir una reacción. La doctora Paloma Ibáñez, jefe de Sección de Alergología del Hospital Niño Jesús de Madrid y coordinadora del Comité de Alergia Infantil de la SEAIC, recuerda que “una dieta exenta de algún alimento no es fácil y conlleva muchos problemas sociales, económicos, y para la propia salud, así como una disminución de la calidad de vida, siendo el problema aún más importante en el caso de personas alérgicas a más de un alimento. Afortunadamente, desde la década de los 90 se está investigando e implantando el tratamiento activo para la alergia a los alimentos lo que se conoce como inmunoterapia oral o desensibilización con alimentos“. Tal y como revela la doctora, “someterse a inmunoterapia oral puede ayudar a solucionar este problema. Esta terapia consiste en administrar cantidades progresivamente crecientes del alérgeno (alimento o fracciones del mismo) con el fin de modular la respuesta inmunitaria para inducir la tolerancia a dichos alimentos, alcanza una tasa de éxito superior al 80%“.
EDUCAR AL NIÑO
Una vez realizado el diagnóstico de alergia a alimentos, el tratamiento indicado es la eliminación de éstos en la dieta. “El paciente y la familia, o los cuidadores en el caso de los niños, deben ser educados en el cumplimiento correcto de la dieta y en cómo evitar la toma inadvertida del alimento, aprendiendo a leer los etiquetados e identificar los ingredientes. Asimismo, es fundamental entrenar, tanto al paciente como a la familia, en el reconocimiento de síntomas ante la ingestión inadvertida del alimento y el tratamiento que deben seguir, sobre todo, los pacientes anafilácticos, es decir, aquellos que presentan síntomas graves”, explica la alergóloga.
Es muy importante estar familiarizados con situaciones en las que el alimento puede contaminar a otros a través de utensilios de cocina, batidoras, planchas e incluso aceites. De la misma manera, se deben evitar situaciones de riesgo como bufés, bollería, helados u otros alimentos no etiquetados. Hay que tener presente que las fiestas y reuniones, o aquellas situaciones fuera de lo habitual, son las de mayor peligro.
Afortunadamente cada vez hay un mayor conocimiento y concienciación de este problema en el mundo de la restauración, con profesionales en restaurantes, empresas de catering o centros de investigación en alimentos, que ponen en marcha todas las medidas para que los alérgicos puedan disfrutar de una comida placentera y segura, como el resto de los comensales. Creencias populares como que retirando el alimento del plato, o que si no se ve, no pasa nada deben erradicarse. Una reacción alérgica a un alimento puede aparecer incluso al inhalar los vapores de cocción del mismo, sin necesidad de comerlo, y en muy pocos minutos evolucionar hasta una situación de extrema gravedad.
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