Un reciente estudio determina que, al crecer, los niños que han recibido al menos tres meses de lactancia materna exclusiva presentan mejoras en su salud cardiovascular respecto a los que han sido alimentados principalmente con biberón. Así, los niños y adolescentes que recibieron una lactancia prolongada tienen un 6 por ciento menos de riesgo cardiovascular y presentan mejores valores en capacidad aeróbica, colesterol y presión sistólica.
Un reciente estudio determina que, al crecer, los niños que han recibido al menos tres meses de lactancia materna exclusiva presentan mejoras en su salud cardiovascular respecto a los que han sido alimentados principalmente con biberón. Así, los niños y adolescentes que recibieron una lactancia prolongada tienen un 6 por ciento menos de riesgo cardiovascular y presentan mejores valores en capacidad aeróbica, colesterol y presión sistólica.
Según esta investigación, los beneficios máximos de la lactancia materna se alcanzan a los tres meses, ya que no se aprecian diferencias significativas entre el tercer y sexto mes. A partir del sexto mes, además, los niños ya no se alimentan exclusivamente de leche, sino que empiezan a diversificar su alimentación. No obstante, la OMS y UNICEF recomiendan que la lactancia materna se mantenga de forma parcial durante los tres primeros años de vida del niño.
En España, tal y como indica la doctora en nutrición, Idoia Labayen, colaboradora en esta investigación, la lactancia materna “aunque muchas madres lo intentan, tiene un fracaso elevadísimo en los primeros quince días, cuestión que se podría resolver con un adecuado asesoramiento y apoyo a las madres lactantes”. Además, señala, “hay que añadir a las madres que abandonan al tercer mes porque tienen que empezar a trabajar”. Al menos destaca que “en España hay buenas leches de fórmula, aunque no mejoran la salud cardiovascular”.
Para este estudio se han analizado los parámetros de salud de 1025 niños, de 9 y 10 años, y de 971 adolescentes, de 15 y 16 años, de Suecia y Estonia. La investigación, que ha sido promovida por el Instituto Karolinska de Estocolmo y en la que han colaborado la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la Universidad de Granada, se ha publicado en las revistas American Journal of Clinical Nutrition y Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine.