La osteoporosis es una enfermedad asociada al envejecimiento y la menopausia, sin embargo también se está detectando entre adolescentes. Como señala la doctora Inmaculada Calvo, jefa de Sección de la Unidad de Reumatología Pediátrica del Hospital la Fe en Valencia, “la adolescencia es una etapa de riesgo real de osteoporosis. No disponemos en este momento de estudio longitudinales, pero en la práctica diaria estamos viendo casos de osteoporosis, siendo su principal manifestación las fracturas en el hueso”. El problema radica, como alerta esta reumatóloga infantil, “en que todavía no se suele asociar este tipo de fracturas por fragilidad ósea con osteoporosis”. Es más, según la doctora Esmeralda Muñoz, del servicio de Reumatología del Hospital Carlos Haya de Málaga, se está produciendo un aumento en la incidencia de casos en niños de igual forma que se registra en adultos.
Huesos fuertes y sanos
La infancia y la adolescencia son las etapas claves de la vida para alcanzar el mayor nivel de mineralización ósea. En las niñas, este proceso se produce entre los 11 y los 14 años (a partir de ese momento se enllentece), mientras que en los niños se alcanza entre los 13 a los 17 años y después ir más lento hasta los 20 años. “Sabemos que el desarrollo máximo de la masa ósea tiene lugar durante la adolescencia, un momento especialmente vulnerable ya que innumerables factores pueden actuar e interrumpir la normalidad fisiológica ósea y favorecer, por un lado, la aparición de osteoporosis o bien que se inicie la etapa adulta con una masa ósea baja, lo que multiplicará el riesgo de fracturas y el establecimiento de osteoporosis en el futuro”, precisa la doctora Calvo.
Alimentación y ejercicio
Según señala la doctora Calvo, hay dos factores claves que influyen en un deficiente desarrollo de masa ósea: la alimentación inadecuada y la inactividad. Respecto a la alimentación, esta experta destaca como nutrientes necesarios, el calcio y la vitamina D, dos elementos que suelen faltar en la dieta de los adolescentes. “Son indispensables para el desarrollo estructural y funcional del hueso. Sin embargo, resultados de distintas encuestas reflejan que la ingesta de calcio es especialmente baja en los adolescentes”. Las recomendaciones de este mineral son de 1300 mg/día, lo que equivaldría a 500-700mg de leche (dos vasos grandes de leche) o derivados, y de la vitamina D de 400 Ul.
Asimismo, la falta de actividad física entre los 12 y los 18 años, la obesidad y la anorexia nerviosa intervienen en la disminución de la densidad mineral ósea. Además, el tabaco y la ingesta de alcohol hacen a los jóvenes especialmente vulnerables. La doctora Esmeralda Muñoz insiste en la importancia del deporte. “Un ejercicio moderado durante al menos 30 minutos, desarrollado de dos a tres veces a la semana, se ha mostrado beneficioso para el desarrollo de masa ósea”. Además, destaca, “son recomendables otros deportes como el baloncesto, fútbol o atletismo”.
Para la doctora Inmaculada Calvo, la detección es la clave para garantizar una adecuada masa ósea. “Más o menos, todos los expertos coinciden en la ineficacia de las medidas adoptadas de forma tardía. La prevención de la osteoporosis debe comenzar en la edad pediátrica. Contamos con técnicas como la densitometría ósea que nos permite medir la masa ósea, lo que nos facilita la detección de niños y adolescentes con mayor riesgo de desarrollar osteoporosis”, explica esta experta.