Varios estudios han demostrado que la lactancia condiciona una reducción del riesgo relativo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, leucemia e incluso la obesidad. En cifras, el mantenimiento de la lactancia hasta los dos años logra reducir el riesgo de obesidad en casi un 25%, en un 50% el riesgo de padecer otitis media aguda, la gastroenteritis, en un 64% de los casos y el asma infantil en uno de cada cuatro casos. “Además de ser beneficioso para el niño y la madre, es un factor preventivo de enfermedades como la diabetes o la obesidad”, asegura la Dra. Marta Díaz, coordinadora del Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría (AEP). También tiene un impacto positivo en el desarrollo intelectual.
Varios estudios han demostrado que la lactancia condiciona una reducción del riesgo relativo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, leucemia e incluso la obesidad. En cifras, el mantenimiento de la lactancia hasta los dos años logra reducir el riesgo de obesidad en casi un 25%, en un 50% el riesgo de padecer otitis media aguda, la gastroenteritis, en un 64% de los casos y el asma infantil en uno de cada cuatro casos. “Además de ser beneficioso para el niño y la madre, es un factor preventivo de enfermedades como la diabetes o la obesidad”, asegura la Dra. Marta Díaz, coordinadora del Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría (AEP). También tiene un impacto positivo en el desarrollo intelectual. Según la doctora Marta Díaz, “los niños amamantados tienen mejor desarrollo psicomotor y social durante el primer año de vida y obtienen mayores puntuaciones en los tests cognitivos y de coeficiente intelectual en la etapa escolar”.
Los expertos insisten en que durante los seis primeros años de vida la leche materna cubre todas las necesidades del niño sano y, posteriormente, la lactancia puede mantenerse hasta los 24 meses introduciendo en la dieta alimentos complementarios.
Cuestión social
En la sociedad actual, el estilo de vida, el papel de la mujer en el mundo laboral y la escasez de medidas gubernamentales que concilien de la vida laborar y personal influyen en que sólo una de cada cuatro madres pueda dar el pecho a su hijo tras la baja maternal. “Existen múltiples factores que hacen que las madres se vean obligadas a interrumpir la lactancia antes del tiempo recomendado, un hecho que no sucede en los países del norte de Europa, donde promueven políticas sociales que extienden la baja maternal y fomentan la lactancia”, comenta la doctora Díaz.