Seis de cada diez parejas abandonan los tratamientos de FERTILIDAD por factores psicológicos

El deseo de tener un hijo y encontrarse con dificultades a la hora de concebirlo es una de las situaciones con mayor carga emocional a las que se puede enfrentar una pareja. “Las parejas que se someten a un tratamiento de fertilidad se enfrentan a una montaña rusa de emociones: ansiedad, estrés, sentimientos de culpabilidad, problemas de comunicación en la pareja o depresión son algunos de los síntomas más habituales que encontramos en nuestra consulta”, explica Rosa Flores, psicóloga de la clínica Ginefiv, “Por eso, un alto porcentaje de pacientes abandonan el proceso de reproducción, no porque tengan un mal pronóstico, sino por razones psicológicas. De aquí que sea importante buscar ayuda y soporte psicológico para mejorar el bienestar de la pareja y reducir el nivel de ansiedad”.
Como añade Beatriz Dibra, psicóloga de Ginefiv, “es frecuente sentirse aún más ansioso pensando que estos sentimientos no son normales, lo que conlleva a intentar evitarlos, generando todavía más estrés en los pacientes. Como consecuencia de ello, perciben que tienen menos herramientas y control para hacer frente al tratamiento, factores que generan un bajo estado de ánimo. Sin embargo, la información derivada desde el apoyo psicológico, trata de resolver estas dudas, normalizar las emociones surgidas ante los tratamientos de reproducción asistida y el aprendizaje de herramientas adaptativas ante las diferentes fases del ciclo”.
Diversos estudios han demostrado que aquellos pacientes que reciben apoyo psicológico durante el tratamiento obtienen mejores resultados, ya que afrontan el proceso de manera más positiva, haciendo que éstos se encuentren más reforzados a nivel anímico y, en consecuencia, haya menos abandonos y lleguen a completar el tratamiento prescrito por el especialista. 
“Es fundamental emplear información útil para reducir el sentimiento de incertidumbre a lo largo del tratamiento, sobre todo en aquellos pacientes que han realizado más de un ciclo, pues es el estado emocional más peligroso a la hora de abandonar los tratamientos ya que causa abatimiento, indefensión aprendida y bajo estado de ánimo con un componente de agotamiento psicológico importante”, expone la psicóloga Beatriz Dibra.