Las primeras jornadas Vacunas para todos, celebradas en Marbella (Málaga), reunieron a más de 150 profesionales. El profesor Ángel Gil, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, explicó “la vacuna de la varicela puede evitar hasta el 90% de los casos de la enfermedad, y su efectividad es mayor cuanto antes se administre, con lo que resulta fundamental que se haga junto con la triple vírica, se decir, entre los 12 y los 18 meses”. Para garantizar la protección a largo plazo resulta fundamental recibir la segunda dosis de la vacuna. “La protección alcanza mayor efectividad con una segunda dosis, ya que la inmunidad que se alcanza con la primera dosis de la vacuna se agota con los años.
Las primeras jornadas Vacunas para todos, celebradas en Marbella (Málaga), reunieron a más de 150 profesionales. El profesor Ángel Gil, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, explicó “la vacuna de la varicela puede evitar hasta el 90% de los casos de la enfermedad, y su efectividad es mayor cuanto antes se administre, con lo que resulta fundamental que se haga junto con la triple vírica, se decir, entre los 12 y los 18 meses”. Para garantizar la protección a largo plazo resulta fundamental recibir la segunda dosis de la vacuna. “La protección alcanza mayor efectividad con una segunda dosis, ya que la inmunidad que se alcanza con la primera dosis de la vacuna se agota con los años. Esta dosis de refuerzo debería ser administrada a partir de los dos años de edad, o como mucho entre los 3 y 4 años, sobre todo cuando la cobertura de vacunación no alcanza el 70%, lo que ocurre en prácticamente todas las comunidades autónomas que administran esta vacuna en la adolescencia”, explica el profesor Gil.
Síntomas de la varicela
El signo más característico de la varicela es una erupción en la piel que aparece en forma de pequeños granos que en poco tiempo se convierten en vesículas (ampollas llenas de líquido). Las vesículas suelen aparecer primero por el tronco, la cara, el cuero cabelludo, extendiéndose después por todo el cuerpo. Para la fiebre se emplea el paracetamol, evitando siempre la aspirina (ácido acetilsalicílico), cuyo empleo para la varicela se asocia al síndrome de Reye. El ibuprofeno también está desaconsejado en niños con varicela.
Aunque normalmente esta enfermedad pasa sin consecuencias, puede complicarse, sobre todo en lactantes, niños con el sistema inmunitario deprimido (niños en tratamiento con quimioterapia o inmunosupresores, trasplantados, etc.), y adultos. “Suele ser una enfermedad que no reviste complicaciones, pero en algunas ocasiones requiere ingreso hospitalario por neumonías o sepsis sobre todo en las personas que la padecen en la edad adulta, así como en los grupos de riesgo. La única forma de prevenir la enfermedad es la vacunación, alcanzando protección no sólo durante la infancia, sino también en la vida adulta”, explica.
Las comunidades, como Madrid y Navarra, que han incluido esta vacuna en el calendario han comprobado una reducción importante de la enfermedad. “En la Comunidad de Madrid, que incluyó la vacuna en su calendario vacunal en el año 2006, se han reducido hasta el 90% de los casos de varicela, lo que contrasta con el caso de Andalucía donde esta vacuna no está incluida en el calendario, y apenas un 40% de los niños están vacunados. Esto hace que hace que el número de casos sea alto cada año, llegando a rozar los 60.000 anuales”, apunta este experto.