Durante la lactancia no es el momento de ponerte a dieta. Todo lo contrario: necesitas más calorías para fabricar la leche que pide tu bebé. Has de cuidar bien lo que comes y evitar sustancias que le pueden perjudicar, como el tabaco, el alcohol o la cafeína.
La producción de leche va a aumentar los requerimientos maternos de determinados nutrientes. Según datos de la OMS, es necesario un incremento de calorías de 500 al día mientras dura la lactancia. También debes aumentar la ingesta de proteínas, calcio y de líquido (has de beber de 2,5 a 3 litros diarios). A la hora de tomar medicamentos consulta siempre con el médico porque algunos fármacos pasan a la leche. En caso de dolor o molestias, puedes tomar paracetamol, este fármaco es el que suelen recomendar los especialistas. En cuanto a los alimentos que no deben tomarse, la matrona Carmen García explica que, “no hay alimentos prohibidos, algunos cambian el sabor de la leche, por eso hay que observar la reacción del bebé para consumirlos o no”. El volumen de secreción varía según los requerimientos del niño: en la primera semana suele necesitar 500 cc leche/día; en la segunda–tercera, 800 cc leche/día; a partir de la tercera semana, 1.250–1.500 cc leche/día.
Qué debes comer
Has de seguir una dieta equilibrada, en la que haya variedad de alimentos (pasta, verduras, pescado, carne, legumbres, frutas, etc). Ahora necesitas calorías extras porque estás produciendo leche, por lo que deberás aumentar la dieta en 500 kcal. Además, sigue estos consejos:
– Haz de 5 a 6 comidas al día. Lo mejor es repartir la ingesta en varias tomas, en lugar de concentrarla sólo en 3 o 4.
– Importantísimo: debes beber de 2 a 3 litros de líquidos al día (leche, agua, zumos). En cuanto a las infusiones, “evita el té u otras bebidas diuréticas, las infusiones de herbolario no siempre son aptas, por ejemplo, ni en el embarazo ni en la lactancia debe tomarse cola de caballo o salvia”, advierte la matrona Carmen García. Ten en cuenta que ahora pierdes más líquido, justo el que succiona el bebé, y lo notarás porque tendrás mucha sed.
– Toma leche fresca pasteurizada, es la mejor fuente de calcio, un mineral que el pequeño necesita a diario; en caso de que tuviera muchos gases convendría tomar leche sin lactosa. Otras fuentes de calcio: vegetales de hoja verde, algas o semillas de sésamo, pescados que se toman con espinas (sardinas de lata), quesos muy curados…
– No olvides los ácidos grasos omega 3, son abundantes en los pescados azules (salmón, sardinas, jurel, chicharro, atún). Sirven para la formación y el desarrollo cerebral del pequeño. “Si se lleva una alimentación variada y completa, no es necesario tomar suplementos aunque éstos nos pueden ayudar a reponer nuestros depósitos de determinadas vitaminas y minerales mas rápidamente”, explica la matrona Carmen García.
– Evita el café, té, alcohol, tabaco y otras drogas, poseen sustancias que pasan a través de la leche y pueden causar problemas en el bebé.
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