La debilidad del suelo pélvico tras el parto puede provocar incontinencia urinaria (al toser o estornudar tendrás escapes de orina), estreñimiento e incluso molestias en las relaciones sexuales. Es importante fortalecer los músculos del suelo pélvico con distintas técnicas después de dar a luz.
Tras el parto, se suele producir un debilitamiento de los músculos que forman el suelo pélvico, una estructura que se encarga de sostener los órganos que se ubican en el abdomen y la pelvis, como la vejiga, el útero, la vagina y el recto. El embarazo también contribuye a su debilitamiento, ya que aumenta la presión en la zona. Los principales problemas que causa el debilitamiento del suelo pélvico son incontinencia urinaria, que afecta a más de 6 millones de personas en España, incontinencia fecal (dificultad para contener los gases y/o las heces), prolapsos o descenso de los órganos pélvicos, empeoramiento de la vida sexual y estreñimiento. Un signo de debilidad del suelo pélvico es que al estornudar, toser o levantar peso se producen escapes de orina. “En el caso de que se detecte alguno de estos problemas, es fundamental consultar con el ginecólogo o matrona. Se debe realizar seguimiento y tratamiento médico si fuera necesario y es importante realizar una valoración con una fisioterapeuta especializada en uroginecología para comenzar cuanto antes con la reeducación perineal“, aconseja María Dolores Teruel, fisioterapeuta especializada en uroginecología de la Clínica Espacio Kenko, en Madrid.
Técnicas para fortalecer el suelo pélvico
Existen distintas técnicas para fortalecer el suelo pélvico que se han recomendado a lo largo de los años, sin embargo, alguna de ellas se desaconsejan hoy día. Debes esperar a pasar la cuarentena para realizar la mayoría de los ejercicios (excepto los de Kegel), y si te han practicado una cesárea, has de consultar con el ginecólogo en qué momento puedes comenzar a fortalecer el suelo pélvico.
– “Stop pipi”. Cortar el chorro de orina durante la micción está desaconsejado en la actualidad. “Puede favorecer la aparición de infecciones urinarias ya que es más fácil que queden residuos en la vejiga y a largo plazo podría haber repercusiones neurológicas y alterar los reflejos de la micción”, aclara la fisioterapeuta.
– Ejercicios de Kegel. Según la Asociación Española de Fisioterapeutas, pasadas 48 horas tras el parto se debe comenzar a hacer los ejercicios de Kegel del suelo pélvico. El 60% de las mujeres que realizan estos ejercicios de forma regular logran eliminar o minimizar la incontinencia urinaria después de un año. Se pueden realizar tumbada, de pie, sentada o incluso andando, pero no se deben contraer los músculos abdominales, los muslos o los glúteos. Consiste en contraer el grupo de músculos del suelo pélvico (como si detuvieras la micción al orinar), mantenerlos así durante 5 segundos y relajar.
– Bolas chinas. El uso de dispositivos, como los conos vaginales o las bolas chinas, está muy generalizado. En palabras de María Dolores Teruel, “su utilización con fines terapéuticos debe ser pautado por un profesional sanitario, ya que en casos de debilidad, en muchas ocasiones, puede llegar a ser perjudicial”. Consisten en pesas con forma de cono o bola, del mismo tamaño pero diferente peso, que una vez introducidos en la vagina, por la gravedad tienden a salir y los músculos del suelo pélvico se contraen de forma refleja.
– Gimnasia abdominal hipopresiva. Debe estar guiada por un profesional. El Método Hipopresivo surgió en el ámbito de la Ginecología y fue desarrollado en la década de los años ochenta por el doctor belga Marcel Caufriez, especialista en Neurofisiología Urogenital. Se trata de ejercicios posturales, ordenados y rítmicos, que se efectúan a ritmo lento para activar diversos músculos del cuerpo a la vez que se relajan otros. Y se realizan en apnea (pausas respiratorias). Está contraindicada en caso de hipertensión arterial, incluso controlada con medicación. Con sesiones de 20 minutos realizadas dos veces a la semana, en unos dos meses se obtienen resultados.
– Yoga y Pilates. Algunos ejercicios corporales globales, como el yoga y el pilates, integran también el suelo pélvico en sus ejercicios, por lo que su práctica puede resultar muy positiva para la zona.
– Electroestimulación o biofeedback. Son técnicas específicas muy recomendables, pero han de ser aplicadas por un especialista. El biofeedback ayuda a mejorar la función y el control de la musculatura del suelo pélvico utilizando estímulos visuales que ayudan a integrar la función de este conjunto muscular.