La recomendación de la Sociedad Española de Neonatología es que los padres puedan permanecer con sus hijos recién nacidos en la sala de Neonatología. De esta forma aprenden a cuidar a los bebés y disminuye su ansiedad. Está comprobado que los niños mejoran más rápidamente que si no están acompañados.
La incubadora es una reproducción del útero materno para que el niño pueda madurar y desarrollarse. Los bebés que suelen utilizarla son los prematuros: en España actualmente nacen entre el 8 y el 12% de estos niños, según la Sociedad Española de Neonatología. Una situación que va en aumento, tanto en nuestro país como en el restos e Europa. Pero además de los prematuros, también la necesitan los bebés que nacen con dificultad respiratoria, los que tienen ictericia (piel de color amarilla) y todos los que nacen con algún problema (infección, trastorno neurológico, etc). ¿Por qué necesitan estar en la incubadora?
HUMEDAD Y TEMPERATURA. Dentro de este habitáculo permanecen a una temperatura y humedad adecuada y es la misma incubadora la que se encarga de hacerlo: un sensor sobre la piel del bebé avisa si siente frío o calor; entonces la incubadora se activa para subir o bajar la temperatura. Y lo mismo ocurre con la humedad. El médico también puede establecer una temperatura y humedad estable o fija. Al ser transparente, puede observar al niño y detectar cualquier cambio en su piel (color y aspecto). Por ejemplo, cuando los neonatos adquieren un color gris en la piel es síntoma de que pueden tener una infección.
CONSTANTES VITALES. El bebé está conectado con varios electrodos a unos monitores que registran su ritmo cardiaco, la actividad cerebral, la oxigenación (un pilotito rojo que suele estar conectado al dedo de su pie) y la frecuencia respiratoria. Cuando ocurre alguna incidencia fuera de lo normal: subida o bajada del latido cardiaco, apnea (pausa respiratoria), alteraciones en la tensión arterial, etc., los monitores avisan con un sonido (cada máquina tiene uno diferente). De esta manera el equipo médico acude de inmediato para resolver el problema.
LUZ ULTRAVIOLETA. La incubadora también incluye una lámpara de rayos ultravioletas (emite luz de color azul) que se suele utilizar en los niños que presentan ictericia (coloración amarillenta de la piel). Los baños de esta luz acaban con el problema.
HABITÁCULO PROTECTOR. La incubadora es un espacio cerrado y aislado (posee doble capa y filtros de aire en los conductos al exterior) para que no entren gérmenes que puedan desencadenar una infección en el niño. Esto es muy importante porque los bebés prematuros suelen ser más vulnerables a las infecciones. Se recomienda que los padres y el personal médico se laven o desinfecten las manos antes de tocar a estos niños.