La “siembra vaginal” casera, que consiste en pasar los fluidos vaginales de la madre por la cara del bebé tras el parto por cesárea, se está poniendo de moda y los médicos alertan de que puede ser un peligro para el recién nacido.
Los últimos descubrimientos en microbiota (cien millones de bacterias que habitan en nuestro intestino y nos mantienen sanos) han visto que los niños nacidos mediante cesárea poseen una flora intestinal diferente a la de los que llegan al mundo por parto vaginal. Estos últimos se bañan literalmente en la flora vaginal de su madre durante el parto y el contacto con esas bacterias es vital: colonizan su intestino y resultan beneficiosas para el sistema metabólico e inmunitario. Este proceso, como es lógico, no existe en los niños que nacen por cesárea. Así lo demostró en un estudio la investigadora Maria Domínguez-Bello. La cuestión es, ¿se puede solucionar? Para averiguarlo, un grupo de investigadores, entre los que se encuentra el español José Clemente, profesor de la Escuela Icahn de Medicina del hospital Monte Sinaí de Nueva York, llevó a cabo un experimento para ver si se podía restaurar la microbiota en los niños nacidos por cesárea: colocaron gasas esterilizadas en la vagina de las madres que iban a dar a luz mediante cesárea y, nada más nacer sus hijos, les pasaron la gasa por la boca, cara y cuerpo, realizando una “siembra vaginal”. Más tarde analizaron la flora bacteriana de los bebés y comprobaron que el microbioma de estos niños se parecía mucho al de los niños nacidos por parto vaginal.
Una moda peligrosa para el bebé
Pues bien, parece que esta práctica, conocida como “siembra vaginal”, se está poniendo de moda entre los padres de algunos países, como Reino Unido y Estados Unidos, que la realizan de manera casera: pasan los fluidos vaginales de la madres por la cara del bebé. Algo que desaconsejan los expertos, ya que según advierten, la práctica debe ser controlada por personal médico, ya que si la madre tiene algún microorganismo patógeno en la vagina, como los que producen las enfermedades de transmisión sexual (gonorrea, clamidia, herpes), se puede contagiar al bebé. “Esta práctica aún no ha demostrado ser beneficiosa y comporta un riesgo para el bebé”, alertan en el British Medical Journal tres especialistas en neonatos. Y el mismo autor del estudio, el español José Clemente, lo deja claro en declaraciones a través del correo electrónico: “Es un procedimiento que entraña riesgos para el bebé y nunca debe ser realizado de forma privada. Transferir bacterias vaginales a un recien nacido sin los controles necesarios podría ser extremadamente peligroso, y recomendamos encarecidamente a los padres que no realicen este procedimiento”, advierte.
Conviene señalar que los investigadores, cuando han llevado a cabo los estudios, se han asegurado, mediante análisis de los fluidos vaginales de las madres, que están libres de patógenos antes de realizar la “siembra vaginal” en los bebés. Lo cual evita la transmisión de enfermedades, algo que no pueden realizar los padres cuando la practican de manera “casera”. “Hay que recordar tambien a los padres que en un hospital existen condiciones higienicas y de esterilizacion muy distintas a las que existen en nuestra casa, lo cual tambien podría favorecer la transmision de patógenos durante la siembra vaginal en casa”, concluye Clemente.
El estudio llevado a cabo por José Clemente es lo que se conoce como “estudio de prueba de concepto”, es decir, se realizó con el fin de comprobar que se podía modificar el microbioma de los bebes nacidos por cesarea. Pero aún no se sabe si con ello se obtienen beneficios para la salud del niño. Esto se comprobará más tarde en otro estudio.