Las mujeres con menopausia precoz pueden ser madres si recurren a la donación de óvulos mediante técnicas de reproducción asistida. Pero a partir de ahora se abre una nueva línea de investigación para que puedan ser madres biológicas: científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, han descubierto una forma de conseguir que los ovarios de 5 mujeres con insuficiencia ovárica primaria (menopausia precoz) vuelvan a funcionar. La técnica se ha aplicado a 27 mujeres y ha sido un éxito completo en una de ellas, que ha conseguido ser madre tras una FIV.
Las mujeres con menopausia precoz pueden ser madres si recurren a la donación de óvulos mediante técnicas de reproducción asistida. Pero a partir de ahora se abre una nueva línea de investigación para que puedan ser madres biológicas: científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, han descubierto una forma de conseguir que los ovarios de 5 mujeres con insuficiencia ovárica primaria (menopausia precoz) vuelvan a funcionar. La técnica se ha aplicado a 27 mujeres y ha sido un éxito completo en una de ellas, que ha conseguido ser madre tras una FIV. Actualmente la activación in vitro (IVA) se encuentra en fase experimental. “De momento es una experiencia piloto con tan sólo 1 niño nacido después de muchos años trabajando en esta línea. Ahora queda ver que estos resultados no sean fruto de la casualidad, es decir, que sean reproducibles por otros grupos; y pasar a la fase de ensayo clínico antes de que se pueda ofrecer a pacientes”, aclara el Dr. Juan Antonio García Velasco, ginecólogo y director de IVI Madrid.
EN QUÉ CONSISTE LA TÉCNICA
Para realizarla es necesario extraer un ovario o una porción del mismo, con el fin de tratarlo en el laboratorio y hacerlo funcionar. Tal y como explica el Dr. García Velasco, “se realiza una pequeña cirugía (laparoscopia) bajo anestesia general para extraer un ovario y congelar la corteza del mismo. Después, los trozos de corteza congelados se descongelan para ser expuestos a unos tratamientos in vitro que supuestamente activarán el crecimiento de folículos. Aún no está claro ni qué folículos crecen, ni por cuánto tiempo, ni siquiera la calidad de esos folículos”.
Una vez tratado el ovario en el laboratorio, se implanta en el cuerpo de la mujer mediante cirugía laparoscopia (necesita anestesia general): se cosen los trozos de corteza ovárica en una zona donde puede tener buen aporte vascular para que puedan crecer y durar en el tiempo. A partir de aquí, “parece que habría que esperar 1 ó 2 meses para confirmar que el implante de tejido ovárico es funcional, y una vez que funcione, iniciar una estimulación similar a una FIV convencional“, explica el especialista. Aunque la técnica cuenta aún con muchos puntos oscuros, sí es una esperanza para las mujeres con menopausia precoz, ya que ahora sólo queda desarrollarla y corregir posibles errores. “Es, sin duda, una nueva oportunidad, una gran idea, una ilusión para tantas mujeres cuyos ovarios ya no responden por diversos motivos (edad, menopausia precoz, cáncer…), pero aún necesita ser comprobada en ensayos clínicos antes de poder ofrecerla en las clínicas”, avanza el ginecólogo.