Inseminación artificial, FIV, congelación de ovocitos o donación de óvulos, son las técnicas más empleadas para conseguir el embarazo. Si la mujer tiene más de 36 años o la pareja lleva más de un año intentando ser padres sin resultados, se aconseja consultar con el ginecólogo la posibilidad de utilizar alguna de estas técnicas. En los centros públicos se realizan de manera gratuita, pero las listas de espera son largas y esto obliga a perder mucho tiempo antes de iniciar el proceso (tened en cuenta que el reloj biológico de la mujer no espera). Los centros privados ofrecen inmediatez y trato personalizado, pero el coste económico es alto.
La aplicación de un tratamiento de fertilidad u otro dependerá del problema que tengáis a la hora de concebir, por eso, lo mejor es confiar en el médico y dejarse aconsejar. En España, no existe una ley que establezca la edad máxima para someterse a estos tratamientos, sólo está regulada la edad mínima (18 años). “Las recomendaciones de las sociedades científicas son no realizar tratamientos de infertilidad por encima de los 50 años y esa es la autorregulación que por motivos médicos y éticos seguimos la mayoría de los centros en España”, explica el Dr. Manuel Fernández-Sánchez, director de IVI Sevilla. En la sanidad pública, por cuestiones económicas y de optimización de recursos, hay hospitales que ponen la edad tope en 38–40 años, aunque esto varía en función de los centros sanitarios y de las comunidades autónomas. Asimismo, en los centros públicos se realizan de manera gratuita, pero las listas de espera son largas y esto obliga a perder mucho tiempo antes de iniciar el proceso (tened en cuenta que el reloj biológico de la mujer no espera). En cambio, los centros privados ofrecen inmediatez y trato personalizado, pero el coste económico es alto. Los tratamientos que os pueden ayudar son:
COITO PROGRAMADO. El coito programado puede hacerse aprovechando un ciclo natural de la mujer o mediante estimulación con hormonas. Éstas, que sirven para ayudar a crecer los óvulos, se administran en inyección subcutánea que puedes ponerte tú misma cada día o acudir al centro de salud para que te las pongan. Para controlar el crecimiento del óvulo/s te realizarán ecografías vaginales de manera periódica. Cuando el médico observe que ha llegado al tamaño adecuado, te dirá que te pongas una inyección específica con el objeto de que el óvulo termine de madurar y salga del folículo (lugar donde crece). A partir de este momento, os indicará los días en que debéis mantener relaciones. Si el ciclo es estimulado con hormonas se suele obtener más de un óvulo (dos o tres), y se consiguen mejores resultados. La tasa de embarazo es de un 12% con ciclo natural y de un 20% con ciclo estimulado. Por regla general, se suelen recomendar 3 o 4 ciclos y cada uno suele durar de 15 a 20 días. En las mujeres menores de 30 años pueden realizarse 6 intentos y, en las mayores de 38, sólo 2 o 3.
INSEMINACIÓN ARTIFICIAL (IAH). Se recomienda en mujeres con problemas de anovulación (no ovulan), en casos de moco cervical hostil, de infertilidad de causa desconocida o si el esperma es de baja calidad. Se estimula el crecimiento de uno o varios óvulos con hormonas inyectables que deberá ponerte durante ocho o diez días, además, te realizan controles ecográficos cada dos o tres días y análisis de sangre para controlar el nivel de estrógenos. Cuando el tamaño de los óvulos es el adecuado, te inyectarás otra hormona para inducir la ovulación y acudirás a la consulta del médico en los días siguientes para que te realice la inseminación. Tu pareja debe acudir también al centro el día señalado y dejar una muestra de esperma. Una vez preparado en el laboratorio, el médico lo coloca en el interior del útero. La técnica es muy sencilla y nada dolorosa, similar a una citología. “En general, podemos decir que la inseminación artificial tiene una tasa de éxito de alrededor del 15–20% por intento y, si se repite en caso de no embarazo, al llegar a 3–4 intentos aproximadamente la mitad de las parejas consiguen gestación. A la otra mitad que no consigue embarazo tras 3–4 intentos solemos recomendar pasar a FIV”, explica Dr. Manuel Fernández-Sánchez.
La inseminación artificial tiene un coste aproximado de 800–1.200 €.
FECUNDACIÓN IN VITRO (FIV). Se recomienda en caso de daño u obstrucción en las trompas, ausencia de las mismas, esperma de baja calidad, endometriosis severa, o cuando han fallado los tratamientos anteriores. El proceso es similar al de la inseminación, pero en este caso se utilizan dosis más altas de hormonas para estimular el crecimiento de varios óvulos y una combinación de fármacos para conseguir que todos crezcan al mismo ritmo. Cuando han alcanzado al tamaño adecuado (alrededor de 10–14 días), se induce la ovulación y, aproximadamente a las 36 horas, se extraen los óvulos mediante una punción en los ovarios. Esta técnica dura unos 15 minutos, se lleva a cabo por vía vaginal, y suele realizarse con sedación (estarás dormida y sin intubar). En cuanto despiertes de la anestesia y te encuentres bien, podrás irte a casa. Los óvulos obtenidos se juntan en el laboratorio con los espermatozoides seleccionados del hombre para que se fecunden. Si el varón presenta muy baja movilidad y poca concentración de espermatozoides se utiliza una técnica llamada microinyección espermática (ICSI), que consiste en inyectar el espermatozoide dentro del óvulo para conseguir la fecundación. Entre los 2 y 6 días después se transfieren los embriones al útero de la mujer. La transferencia no es dolorosa, no necesita anestesia, dura sólo unos minutos y es similar a la inseminación. Si hay embriones sobrantes se congelan para ciclos posteriores. “La técnica de FIV tiene una tasa de éxito de aproximadamente el 50% por intento si se transfieren dos embriones y del 35% si se transfiere un embrión. La tasa acumulada, si no se consigue el embarazo a la primera, es superior al 90% si se realizan 3 intentos. Es decir, más del 90% de las parejas consiguen embarazo en uno, dos o tres intentos”, indica el Dr. Manuel Fernández-Sánchez, especialista en Reproducción Asistida.
La FIV tiene un coste aproximado de 5.000–6.000 €.
DONACIÓN DE ÓVULOS. Esta técnica crece cada año en España. Durante el año 2013, fueron transferidos 27.106 embriones procedentes de óvulos de donante a mujeres que no pueden ser madres con óvulos propios, según se recoge en el último registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Pero los expertos creeen que la cifra es aún mayor porque hay centros que no reportan los datos. La técnica no se suele realizar en los centros públicos, solo en los privados.
Se realiza cuando la mujer no tiene óvulos de calidad o carece de ellos. La donación de óvulos o esperma debe ser completamente anónima y se debe buscar un donante lo más parecido posible al receptor. “ Si la mujer va a recibir una donación de ovocitos, debe ser de una donante de su misma raza y similar a ella en grupo y Rh sanguíneo, talla, peso, color de ojos, color de piel, color de pelo, etc. Si un hombre debe sustituir su semen por el de un donante, éste ha de ser parecido a él físicamente con los mismos criterios que hemos comentado antes. Si es una mujer sin pareja quien va a hacer tratamiento con semen de banco, debe ser un donante de semen parecido físicamente a ella”, explica el Dr . Fernández-Sánchez.
Suelen conseguirse altas tasas de embarazo porque son óvulos de mujeres jóvenes y de muy buena calidad. Se fecundan en el laboratorio con el esperma del hombre y se transfieren al útero de la mujer a los dos o tres días. Se suelen realizar 3 o 4 intentos, la duración del tratamiento en cada uno es de 15 a 20 días. La donación de ovocitos tiene un porcentaje de éxito del 60–65% por intento si se transfieren dos embriones y del 40–45% si se transfiere un solo embrión. Al igual que la FIV, más del 90% de las parejas consiguen embarazo en uno, dos o tres intentos.
La donación de óvulos tiene un coste aproximado de unos 6.000–7.000 €.
CONGELACIÓN DE OVOCITOS. Se indica principalmente a las mujeres diagnosticadas de cáncer que deben someterse a quimioterapia o radioterapia, con el fin de preservar su fertilidad. “Toda mujer joven, menor de 42–43 años, diagnosticada de cáncer, y con posible deseo de maternidad en el futuro, debería ser informada sobre esta opción de congelar ovocitos y valorar si es adecuado en su caso o no”, aconseja el Dr. Manuel Fernández-Sánchez, especialista en Reproducción Asistida. También pueden utilizar la técnica las mujeres sin pareja o sin deseo inmediato de maternidad pero que rondan los 35 años. Con esta edad lo normal es que los ovocitos aún sean de buena calidad pero que en pocos años se deterioren. Si una mujer congela ovocitos con 35 años y decide ser madre con 43 tendrá muchas más posibilidades de conseguir una gestación sana con los óvulos que congeló cuando tenía 35 años que con los actuales de 43 años.
La técnica de congelación de ovocitos en su parte inicial es exactamente igual a la técnica de FIV convencional: con la regla se comienza la estimulación ovárica para intentar conseguir un número adecuado de óvulos, lo que requiere medicación diaria, habitualmente en forma de inyección subcutánea (como las agujitas de insulina) y controles ecográficos durante un periodo de unos 10–14 días. Una vez está todo listo, se recuperan los ovocitos de los ovarios mediante la técnica habitual de FIV, acoplando al ecógrafo vaginal una guía y una aguja que llegan a los ovarios. Este proceso es recomendable, aunque no imprescindible, realizarlo bajo sedación, una anestesia general suave, que habitualmente no requiere más de 10–15 minutos y que permite una recuperación muy rápida y poder irse a casa en apenas 30– 60 minutos tras el proceso. Una vez los ovocitos han llegado al laboratorio deben decumularse (algo así como quitar la cáscara a un huevo) para comprobar si son maduros o no. Los ovocitos maduros se vitrifican mediante una técnica de congelación ultrarrápida (23.000º C por minuto) que impide la formación de cristales dañinos para las células, y que es la clave del éxito de esta técnica. Posteriormente los ovocitos son almacenados a 196º C bajo cero y pueden permanecer indefinidamente así.
También existe la VITRIFICACIÓN ACUMULADA INTERMITENTE DE OVOCITOS. Se trata de una técnica que se utiliza habitualmente en mujeres con una baja respuesta a la estimulación ovárica, es decir, en vez de producir entre 6–10 ovocitos por intento producen sólo uno o dos, o incluso ninguno en algunos ciclos. En este caso, el médico puede indicar congelar y acumular ovocitos durante varios intentos hasta tener un número razonable, generalmente por encima de 4 óvulos. Dependiendo del caso, lo habitual es realizar entre 2 y 6. “Esta técnica permite un ahorro en el coste económico y sobre todo psicológico de la paciente, al concentrar las posibilidades de 2–6 intentos en una sola”, afirma el especialista.
La vitrificación de ovocitos tiene un coste aproximado de 1.800–2.200 €.
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