Si tu bebé tiene resfriado y está lleno de mocos, existen formas de que expulse las flemas. Puedes realizarle lavados nasales por la mañana y antes de acostarlo para que pueda descansar. Y también existe la fisioterapia, una nueva especialidad que ayuda en el tratamiento de bronquiolitis, bronquitis o incluso en niños asmáticos.
Cuando el bebé tiene resfriado en las vías bajas (bronquiolitis) hasta hace unos años se aconsejaba realizar una serie de maniobras para ayudarle a expulsar las flemas, pero actualmente están desaconsejadas. “Ejercicios como las palmaditas o masajes en la espalda (clapping, drenaje postural…), que hasta hace poco se recomendaban, han quedado algo obsoletos, ya que se ha comprobado científicamente que no tienen resultados óptimos e incluso, en algunas ocasiones, se han observado efectos adversos. Lo más eficaz que pueden realizar los padres en estos casos es una limpieza de la vía aérea superior, realizando lavados rinofaríngeos con ayuda de una pera, instrumento de venta en las farmacias”, explica Andrea Guzmán Iñigo, fisioterapeuta pediátrica del Centro Sanitas Bienestar de Pozuelo, en Madrid. Y lo mismo indica la fisioterapeuta Vanesa González, del Hospital Sanitas La Moraleja, en Madrid: “Las técnicas que emplee el fisioterapeuta pueden ser manuales o instrumentales y se elegirán unas u otras en función de cada caso. Desde la Conferencia de Consenso de Lyon en 1994 las técnicas manuales con las que un fisioterapeuta respiratorio cuenta ya están clasificadas con sus indicaciones y limitaciones. Entre ellas, el clapping o las palmaditas en la espalda están desaconsejadas y en desuso”.
CÓMO AYUDARLE A EXPULSAR EL MOCO
– Lavado nasal. La mejor técnica es el lavado con suero: se debe llenar la pera con suero, colocar al niño boca abajo ladeando su cabeza e introducir la pera en el orificio nasal. Presionándola ligeramente, conseguiremos la expulsión de las secreciones por el orificio contrario. A continuación se realiza en el otro orificio. En caso de que el niño sepa sonarse, tras la realización de dicha maniobra hay que finalizar sonándole suavemente. “Esta limpieza es mucho más efectiva que la que realizamos con los aspiradores”, afirma Andrea Guzmán Iñigo.
Se pueden realizar los lavados unas 2 o 3 veces diarias, dependiendo del estado en el que se encuentre el niño, preferiblemente por la mañana, ya que presentará secreciones acumuladas al haber estado acostado toda la noche, y antes de dormir, para favorecer una buena respiración.
En cuanto al uso de humidificadores, se debe consultar con el pediatra, ya que su utilización es muy discutida.
– Buena hidratación. Hay que darle de beber abundante agua y mantener una temperatura ambiente adecuada. Además, se aconseja elevar el cabecero de la cuna para facilitar su respiración y ventilar el ambiente (aprovecha para ventilar cuando el bebé no esté en la habitación).
– Otras técnicas. El resto de maniobras, como la ELPr (Espiración Lenta Prolongada) acompañada de TP (Tos Provocada), se realizan para favorecer la desobstrucción de la vía aérea y la expulsión de las secreciones. Las especialistas consultadas advierten que dichas maniobras han de realizarse por fisioterapeutas especializados en este tipo de técnicas. “La media de sesiones que los niños reciben en mi consulta es de 6 a 7 sesiones, 1 sesión por mes, más o menos, cada 25 días. Los niños deben venir cada 25-28 días y así se evita que caigan malitos”, explica Vanesa González. ¿Se debe hacer la fisioterapia si el niño está bien? “Muchos de los niños que sufren una bronquiolitis y se transforman en pequeños asmáticos tendrán unos días buenos y otros malos. Con los virus empeoran, que es lo que suele pasar de noviembre a abril y más si acuden a guarderías. Estos niños toman una medicación de fondo, que en su caso sirve para prevenir que los mocos se acumulen. En estos casos, recomendamos que vengan todos los meses sobre todo los invernales. En cambio, si un niño solo sufre catarros de vías altas, no es necesario que venga todos los meses pero, ante los primeros síntomas es mejor que traigan al niño para evitar que los mocos bajen al pecho y causen daños mayores. Una de las cosas que me llamó la atención en Francia es que los padres tienen la costumbre de acudir a la consulta del fisioterapeuta en cuanto sus hijos tienen catarros o mocos en la nariz, y así poder evitar medicaciones“, explica la fisioterapeuta Vanesa González.
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