Ponlo a dormir boca arriba

El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante es el fallecimiento repentino e inexplicable de un bebé menor de un año, aparentemente sano, mientras duerme. Se trata de uno de los episodios más temidos por los padres, aunque afortunadamente no suele ser frecuente. La buena noticia es que existen medidas para prevenirlo.

El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) afecta más a los niños que a las niñas y su incidencia es mayor en los bebés menores de seis meses. No se conoce la causa exacta por la que ocurre, pero sí existen hipótesis: “La más conocida es la del triple riesgo, según la cual, sobre un niño predispuesto actuaría un factor de riesgo (dormir boca abajo, una infección, exceso de calor, tabaco en la madre o en el entorno), en un momento de fragilidad en su desarrollo”, explica la Dr Julia Leal, del Servicio de Pediatría del Hospital La Paz, en Madrid. Aunque ocurre durante todo el año, suele ser más frecuente en invierno, ya que según explica, “se producen más infecciones respiratorias que pueden comprometer las vías aéreas de los lactantes, y también puede ser que se les abrigue más”.

Cómo prevenir el Síndrome de Muerte Súbita
Las medidas para su prevención han disminuido la incidencia del SMSL en un 50%, se revisan por un comité de expertos periódicamente, las últimas se publicaron por la Academia Americana de Pediatría en el año 2005, se pueden resumir en las siguientes:

1.    Ponlo a dormir boca arriba. Esta es la medida más importante, ya que ha conseguido disminuir la incidencia del síndrome de muerte súbita en más del 50%. Por eso es importante que lo coloques siempre boca arriba en su cuna. Estudios epidemiológicos realizados en muchos países del mundo a principios de lo años 90, demostraron que un porcentaje muy alto de niños que fallecía de este síndrome, habían  sido acostados boca abajo para dormir. “En esta posición duermen más profundamente, tienen menos despertares o autorresucitaciones ante situaciones de riesgo, pueden reinspirar su propio aire espirado, e incluso  pueden obstruirse las vías respiratorias contra el colchón o la ropa de cuna”, explica la Dra. Julia Leal. Si el bebé tiene muchas secreciones o flemas, se puede colocar semi-incorporado dando una inclinación al colchón de 15 grados, siempre boca arriba (decúbito supino), y sin almohada.

2.    No le abrigues demasiado. El exceso de calor puede producir un estrés térmico alterando el funcionamiento de su centro respiratorio. La ropa de cuna no debe tapar al niño por encima de las axilas. Para saber si tiene exceso de calor tócale la nuca, si notas que suda o está acalorado quítale algo de ropa. Mantén la temperatura ambiente de la habitación de 20 a 22 grados.

3.    Protégele del tabaco. La exposición al humo del tabaco eleva el riesgo de muerte súbita. La nicotina altera el desarrollo y maduración del centro respiratorio durante el embarazo y en los primeros meses de su vida.

4.    No compartas tu cama con el bebé. Ten en cuenta que el pequeño puede quedarse atrapado en algún hueco o ser víctima de la sofocación. En cambio, sí debe estar en vuestra habitación hasta los 6 meses de edad, pero en su cuna.

5.    Su colchón ha de ser rígido. No le pongas a dormir en un colchón demasiado blando o sobre superficies acolchadas (edredones o mantas muy mullidas). Tampoco coloques dentro de la cuna almohadas o peluches que puedan asfixiar al bebé (ya jugará con ellos cuando sea más mayor).

6.    Sí al chupete. Tiene un efecto protector frente al síndrome de muerte súbita porque ayuda al bebé a recuperar el ritmo de la respiración en caso de apnea (pausa respiratoria), pero no le obligues si lo rechaza o lo deja caer. Y ten la precaución de acostarlo sin la cadena del mismo para evitar el riesgo de asfixia.

7.    Mantén la lactancia materna. Se aconseja durante al menos los seis primeros meses de vida del bebé. Ten en cuenta que la leche materna le protege de infecciones.

8.    Evitar el aplanamiento del cráneo (plagiocefalia posicional) mediante cambios posturales. Manteniendo la posición boca arriba, coloca su cabeza de manera que unas veces mire a la derecha y otras a la izquierda.

9.    Extender estas medidas a los cuidadores del bebé (guarderías, abuelos, canguro).