Las paperas o parotiditis han aumentado en los últimos años en España. Hay personas vacunadas que padecen la enfermedad porque fueron vacunados con una vacuna ineficaz o porque la vacuna frente a la parotiditis (contenida en la vacuna triple vírica) ha perdido eficacia con el paso de los años.
Las paperas o parotiditis han aumentado en los últimos años: en 2013 se notificaron 13.930 casos y en los años posteriores continuaron los brotes de esta enfermedad. Según la Asociación Española de Pediatría, su aparición ocurre cada 3 a 5 años y los brotes epidémicos más recientes, en 2012 y 2013, se han detectado en las comunidades autónomas de Asturias y Madrid, incidiendo sobre todo en centros escolares y empresariales. En los primeros seis meses de 2017, la sanidad madrileña notificó hasta 26 brotes de parotiditis, nombre técnico de las paperas. La mayoría han sido detectados en centros escolares (105 casos) y empresas (10 afectados). ¿Por qué afecta a personas vacunadas? “Por haberse vacunado con una vacuna ineficaz o porque la vacuna frente a la parotiditis (contenida en la vacuna triple vírica) haya perdido eficacia con el paso de los años”, responde el pediatra Valentí Pineda Solas, presidente de la Sociedad Catalana de Pediatría. Según explica este especialista, entre los años 1994 y 1996, en Cataluña, la vacuna frente a la parotiditis tenía un componente (cepa Rubini del virus) de baja eficacia y por lo tanto las personas que durante ese tiempo recibieron esa vacuna están solo parcialmente inmunizadas, lo cual explicaría la aparición de casos; en algunas comunidades españolas esta vacuna se administró hasta 1999. La otra explicación, dice, es que la vacuna frente a parotiditis haya perdido eficacia con el paso de los años. “O dicho de otra manera, los anticuerpos que aparecen tras la vacunación pueden ir disminuyendo progresivamente tras la misma, con el paso de los años”.
Síntomas y contagio de las paperas
Las paperas o parotiditis es una infección vírica muy contagiosa que afecta principalmente a las glándulas que fabrican la saliva, las parótidas, que se inflaman y duelen. Estas glándulas están debajo de la mandíbula. Durante la enfermedad, el niño tiene dificultades para comer porque le duele mucho la glándula inflamada al tragar el alimento. Los síntomas iniciales son inespecíficos e incluyen malestar general, dolor muscular, falta de apetito, dolor de cabeza y febrícula (37º C–37, 5º C). El tratamiento que se recomienda es “analgésicos para calmar el dolor, como paracetamol o ibuprofeno, y calor local. No hay una dieta específica”, señala el doctor Valentí Pineda
El período de incubación de las paperas es de 14–18 días (mínimo catorce y máximo 25). Y son muy contagiosas, tanto como la gripe. “El contagio es por vía respiratoria, a través de las gotitas de saliva que expulsamos al hablar o respirar. El período de máximo contagio es desde 3 días antes hasta 4 días después de la aparición de la inflamación de la gándula parótida, aunque es posible el contagio desde 7 días antes hasta 9 días después”, advierte el pediatra.
La parotiditis (paperas) es una enfermedad típica de la edad escolar, con una incidencia máxima entre los cinco y los catorce años de edad.
¿Funcionan las vacunas?
Según la Asociación Española de Pediatría, todas las vacunas frente a la parotiditis, a excepción de la fabricada con la cepa Rubini, muestran tasas de inmunización cercanas al 95% a corto plazo tras una dosis a los 12 meses de edad. Sin embargo, algunos estudios han demostrado eficacias inferiores, de alrededor del 80%, con los esquemas de una sola dosis. Actualmente se recomiendan esquemas de dos dosis para mantener niveles de protección adecuados a largo plazo. Todas las vacunas, excepto la Rubini, son adecuadas para los programas de vacunación.
“Debería vacunarse a todos los niños (vacuna triple vírica que contiene sarampión, rubeola y parotiditis) a los 12 meses y a los 3 años de edad”, aconseja el pediatra Valentí Pineda Solas.
La parotiditis es una enfermedad benigna, pero en algunos casos puede producir complicaciones, “sobre todo en el niño postpuberal y en el adulto”, dice el pediatra. El “Cuaderno de Salud Pública” del Departamento de Salud de Cataluña, recoge algunas de las complicaciones que pueden darse en niños:
1. Meningoencefalitis: es la complicación más frecuente en la infancia (3-5 veces más frecuente en niños que en niñas). Es una enfermedad que recuerda simultáneamente a la meningitis, por una infección o una inflamación de las meninges, y la encefalitis, que es una infección o una inflamación del cerebro.
2. Sordera: sordera neural de un oído, rara vez de los dos. La pérdida de la audición puede ser transitoria o permanente.
3. Ocular: pérdida de la visión o visión borrosa.
Si el niño con paperas presenta síntomas distintos a los descritos para la enfermedad debe acudirse de nuevo al médico.