Tanto durante el embarazo como posteriormente en la lactancia, el pecho experimenta grandes cambios y es importante cuidarlo de manera específica. Desde el primer trimestre de gestación varía el tamaño del busto y el color del pezón, pero es en el postparto cuando pueden aparecer ciertas molestias. Cuídalo para evitar problemas.
Aunque las molestias más importantes en el pecho suelen aparecer después de dar a luz y con la lactancia, se recomienda iniciar el cuidado del mismo mucho antes, incluso desde el primer mes de gestación. “Es importante aplicar en el pecho desde el comienzo del embarazo cremas ricas en vitamina E y aceite de rosa mosqueta. Estos ingredientes tienen propiedades que ayudan a prevenir la aparición de estrías, como consecuencia del aumento del tamaño de las mamas”, señala Belén Benito, farmacéutica de Laboratorios Suavinex.
Consejos para cuidar el pecho en la lactancia
Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a evitar problemas en los pechos, como grietas o mastitis (infección en el pecho).
1. Adopta una buena postura para amamantar. Presta mucha atención a la manera en la que el bebé se coge al pecho. Desde su nacimiento hay que ofrecérselo para facilitar la subida de la leche y ayudarle a que se coloque bien al succionar para evitar grietas. El bebé debe abrir bien la boca y abarcar la mayor parte de la areola mamaria. Es importante estar alerta ante la aparición de una sensación de “pinchazo” dolorosa. Esto es síntoma de que el bebé no está bien colocado; en ese momento, es recomendable retirar al niño del pecho y comenzar de nuevo.
2. Alterna los pechos en cada toma. Debes alternar los pechos en cada toma para evitar que se colapse la mamá. “En este sentido, si sentimos presión y al bebé aún no le toca comer, es preferible ayudarse con el sacaleches y reservar la leche extraída”, aconseja esta especialista.
3. Retira al bebé del pecho con cuidado. Antes de retirar al bebé del pecho es importante interrumpir la succión para evitar que el bebé tire con sus encías y pueda lastimar el pezón. Lo ideal es introducir el dedo meñique de la madre por las comisuras de los labios del bebé para romper el vacío oral que el niño realiza al mamar.
4. Unta los pezones con leche materna. Una vez finalizada la toma es aconsejable utilizar un poco de la leche secretada sobre los pezones y la areola, pues es rica en componentes antiinfecciosos y antiinflamatorios.
5. Deja secar los pezones. Los pezones deben estar siempre bien ventilados y nunca debes exponerlos al sol de forma directa y prolongada. Si utilizas discos de lactancia es conveniente que sean muy transpirables.
6. Aplica cremas de lanolina. Es recomendable emplear cremas ricas en lanolina si los pezones están lastimados o para prevenir la aparición de grietas. Estas cremas poseen cualidades hidratantes y emolientes que ayuda a cicatrizar las posibles grietas y previenen su aparición.
7. Realiza ejercicio para fortalecer lo pectorales. Durante todo el embarazo y tras el parto se recomienda practicar natación, yoga, pilates o bien realizar una serie de ejercicios en casa para fortalecer la zona de los pectorales. Esto te ayudará a mantener el busto firme y terso.
8. Utiliza un sujetador adecuado. Tanto durante el embarazo como luego en la lactancia es importante utilizar un sujetador adecuado a la talla real del pecho, que sea cómodo, de algodón y con tirantes anchos. Si se utilizan discos absorbentes, es recomendable cambiarlos con frecuencia para evitar que se macere la piel con la humedad.
9. Lava los pechos sólo con agua. Limpia los senos sólo con agua y finaliza las duchas tonificando los pechos con un chorro de agua fresca (no fría). Durante la lactancia hay que evitar eliminar la grasa segregada por las glándulas Montgomery, que ayudan a proteger el pezón por sus propiedades antibacterianas y lubricantes.