¿Qué medicamentos no debemos olvidar en nuestro BOTIQUÍN de viaje?

Las farmacias asesoran a los viajeros a la hora de elegir el correcto suministro de medicamentos. “Aconsejamos sobre los medicamentos que hay que llevar de forma básica, tanto en el tipo de fármacos como en los formatos más cómodos y, sobre todo, en las indicaciones de administración de los mismos; según el destino, hay medicamentos que son básicos y puede que no sean fáciles de encontrar”, afirma Sonia Saenz de Buruaga, farmacéutica de Bilbao y vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia (COFBi).

Las farmacias asesoran a los viajeros a la hora de elegir el correcto suministro de medicamentos. “Aconsejamos sobre los medicamentos que hay que llevar de forma básica, tanto en el tipo de fármacos como en los formatos más cómodos y, sobre todo, en las indicaciones de administración de los mismos; según el destino, hay medicamentos que son básicos y puede que no sean fáciles de encontrar”, afirma Sonia Saenz de Buruaga, farmacéutica de Bilbao y vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia (COFBi).
La elección de los medicamentos que hay que llevar en el botiquín puede variar en función del destino, la edad de los que viajan (si hay niños o personas mayores), si hay embarazadas, si se está tomando algún medicamento de forma habitual, etc., pero hay una serie de fármacos que son casi imprescindibles a la hora de ir de vacaciones. Desinfectante para curas, antidiarreico, analgésicos, antialérgico post picaduras de insectos, laxante, antitusivo, antigripal, algo para el mareo y preservativos para evitar las enfermedades de transmisión sexual (ETS), son fundamentales en el botiquín. Asimismo, es recomendable la inclusión de los repelentes de insectos, ya que en la mayoría de los casos son los que trasmiten las enfermedades más graves e importantes, así como una buena protección solar si vamos en busca del sol.

Atentos a las vacunas
Cuando el destino elegido para las vacaciones es un país exótico, hay que informarse sobre el tipo de vacuna recomendada para evitar contraer enfermedades propias de ese país. Es importante estar atento a las recomendaciones de cada país, a las que hacen los servicios sanitarios del propio y a los consejos del farmacéutico, puesto que no administrarse una vacuna necesaria podría acarrear el contagio de enfermedades que pueden ser peligrosas. Lo primero a tener en cuenta es si el destino elegido tiene vacunas recomendadas, ya que para su correcta administración hay que recordar que las vacunas tienen pautas y necesitan de tiempo para que hagan efecto (mínimo un mes), independientemente de que sean orales o mediante inyección. Estos requerimientos varían en función del país, época del año en el que viajamos, duración de la estancia y si el destino es urbano, rural o directamente selvático. “Lo ideal es acudir a los centros de Sanidad Exterior de nuestras provincias, y hacer caso a las recomendaciones que nos den”, aconseja la farmacéutica.
En cuanto a las diferentes vacunas a tener en cuenta, en primer lugar existen una vacunas recomendadas independientemente del lugar de destino, que son las que se incluyen en el calendario vacunal habitual, y que todos deberíamos tener al día: tétanos-difteria, paroditis, rubeola, sarampión, polio, varicela, hepatitis B, etc. A la hora de viajar, las más habituales según destino suelen ser las de hepatitis A, fiebre tifoidea y gripe. Luego hay también unas específicas que dependen del tipo de viaje a realizar, que son, por ejemplo, las de la encefalitis japonesa, la fiebre amarilla, la rabia y la peste. Para otras enfermedades que no tienen vacuna, como la malaria o el paludismo, existen varios medicamentos, y se recomiendan unos u otros en función del destino elegido y la época del año.
Todas las vacunas excepto las específicas se pueden adquirir en la farmacia mediante la correspondiente receta médica, y el propio farmacéutico puede asesorar en la forma de administración, pauta recomendada, efectos secundarios esperados, así como contraindicaciones. “El no vacunarse puede suponer el infectarse durante el viaje con alguna enfermedad muy grave y poner en peligro incluso la vida de la persona; de hecho, teniendo en cuenta que hay enfermedades que no se detectan inmediatamente, porque tienen un periodo de incubación largo, hay que vigilar la salud incluso durante un tiempo a la vuelta de las vacaciones”, advierte la farmacéutica.