El final del invierno y el principio de la primavera es una época en la que conviven alergias y resfriados. Sus síntomas son muy parecidos, de manera que una alergia puede confundirse con un catarro y tratarse de manera incorrecta, y a la inversa. Te facilitamos los síntomas en los que debes fijarte para sospechar de alergia y llevar al niño al especialista.
Los primeros rayos de sol durante el último tramo del invierno suelen ser bien recibidos por todos: anuncian que el frío ya no es tan frío y que las gripe, las otitis y los resfriados nos abandonan. Pero esos días soleados de invierno también dan paso a las alergias. De manera que muchas veces conviven los últimos resfriados con las primeras alergias. Los síntomas son parecidos y en ocasiones pueden confundirse.
El polen de las cupresáceas (cipreses y arizónicas) es el que suele provocar alergia en esta época. Además, la contaminación de las grandes ciudad ha hecho que ese polen sea más agresivo. “Los cipreses que están en zonas donde pasan muchos coches producen un polen más alergénico: el árbol se estresa por la contaminación y produce un polen con más capacidad de originar alergia”, explica el Dr. Javier Subiza, miembro del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología y director del Centro Asma y Alergia Subiza, en Madrid. La contaminación también se mezcla con el polen que flota en el aire y lo ensucia: “Ese polen sucio produce 27 veces más alergia que uno limpio”, dice este especialista. Asimismo, las partículas de diesel afectan a la mucosa nasal haciéndola más susceptible a la alergia.
Cómo distinguir la alergia del resfriado
Los síntomas del resfriado y de la alergia son muy similares (estornudos, lagrimeo, obstrucción y destilación nasal). Para distinguirlos, te facilitamos las siguientes claves.
– La alergia produce un picor de ojos muy intenso y constante. Mientras que el catarro puede originar congestión nasal y ocular (ojos llorosos), pero el picor es más leve. El polen de las cupresáceas (cipreses y arizónicas) origina mucho picor en los ojos y también afecta a la nariz (rinitis). Este tipo de polen suele aparecer en los días soleados de invierno.
– La alergia a cupresáceas puede durar de uno a tres meses (los niños muy sensibles comienzan con síntomas en enero y terminan a finales de marzo). El resfriado suele durar sólo siete días.
– Los síntomas de alergia empeoran durante los días de sol y cuando se sale al campo o a la calle y mejoran en días de lluvia. El resfriado produce síntomas constantes a lo largo de todo el día y en cualquier lugar.
– La alergia provoca estornudos en salva o muy seguidos (más de cuatro seguidos) y los niños suelen frotarse la nariz hacia arriba con la palma de la mano de manera continua, de forma que algunos pequeños muestran un surco en la misma. El resfriado origina estornudos más espaciados.
– La alergia no produce fiebre pero el resfriado sí puede producirla.
Más información
– Clínica Subiza. Centro de Asma y Alergia. En su página web (www.clinicasubiza.com) podrás ver los recuentos de pólenes, acceder a los tratamientos más novedosos en alergia y obtener información detallada sobre la enfermedad.