Los niños se comportan de diferente manera en casa que en el colegio, por eso, no es raro que un pequeño intrépido y extrovertido sea tímido y retraído cuando está en clase, o al contrario. Los padres deben dialogar con sus hijos para conocerlos. Os dejamos cinco ideas de las muchas que nos han propuesto las madres a través de nuestro correo electrónico. El objetivo es que charléis en confianza con vuestros hijos.
1. Busca un momento para las confidencias. Debe ser un instante en el que el pequeño se encuentre cómodo y con la confianza suficiente para desvelar sus más íntimos pensamientos. Un buen momento es después de haberle leído un cuento, justo antes de acostarse. Otra fórmula que suele funcionar es contarle anécdotas y recuerdos de tu infancia. También podéis entablar conversación durante un paseo por la orilla del mar o en una excursión al campo, donde el silencio invita a la intimidad.
2. Charlad en familia. La estrategia de charlas en familia suele funcionar bien. Aprovechad el desayuno o las comidas para dialogar con el niño. Es muy importante que establezcáis un orden para hablar, de forma que no se interrumpa al que tiene el turno para hablar. Además, conviene hacerle ver que hay que hablar despacio, sin elevar la voz, y sobre todo, saber escuchar. No caigáis en el error de hacerle muchas preguntas o de no dejarle expresarse u opinar. Resulta necesario que opine sobre los distintos temas de la conversación, así sabréis cómo piensa, cuáles son ideas o inclinaciones, etc.
3. Elige un deporte que os una. La natación y los juegos en el agua son una actividad estupenda para reforzar el vínculo entre padres e hijos. En el agua el niño depende totalmente del adulto y establece una comunicación no verbal de gestos y contacto físico que refuerza y profundiza la relación. Tu cercanía le proporcionará confianza y generará un vínculo muy estrecho entre los dos. Podéis nadar juntos, hacer competiciones, realizar juegos de pelota en el agua…
4. Implícate en sus juegos. Para conseguir complicidad con tu hijo, dile que te enseñe su juego favorito. Por ejemplo: haced un gran castillo de arena en la playa; jugar a las películas (deja que sea él quien elija la película que vais a representar); o planificar una excursión al campo, durante el recorrido podrás averiguar si le gustan los animales, si conoce las plantas que os encontráis por el camino, etc.
5. Un día de compras. Los más pequeños no presentan el mismo comportamiento en casa que en el colegio. Por eso muchos padres se sorprenden cuando el profesor les comenta que su hijos son muy tímidos en clase o que les gusta un deporte que ni se imaginaban. Para conocer bien al niño es importante observarlo. Una actividad que os puede ayudar es ir un día de compras: deja que participe en las decisiones de elegir, así podrás averiguar qué gustos tiene.