Ser princesa por un día, conocer a un personaje famoso, ser cuidador de un mapache, montar en avión… Estos son algunos de los sueños de los niños hospitalizados. Gracias a la Fundación Pequeño Deseo sus sueños se cumplen. Al hacer realidad sus deseos, la salud emocional mejora y recuperan fuerzas para seguir luchando contra la enfermedad.
La Fundación Pequeño Deseo, cuya labor social es hacer realidad los deseos de niños con enfermedades crónicas o de mal pronóstico con el fin de darles apoyo anímico, ha realizado un estudio con 100 niños tratados en diferentes hospitales con Unidad Pediátrica y sus respectivas familias. Lo ha llevado a cabo un equipo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid, con el apoyo del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y la financiación de la Fundación Lafourcade Ponce. Su objetivo ha sido evaluar las emociones positivas que generan el cumplimiento de un deseo y los cambios en el bienestar psicológico de los niños con enfermedades crónicas o de mal pronóstico.
Deseo concedido
Los resultados revelan que cumplir un deseo en los niños enfermos genera cambios positivos sobre su bienestar emocional y favorece una valoración más positiva de su salud subjetiva. Estas emociones positivas perduran en el tiempo: el 97% de los niños que han intervenido en el estudio afirman que la experiencia les sirvió para animarse en momentos malos y el 81% afirma que ha aumentado su espíritu de lucha. El 94% dice que les ayudó a olvidar la enfermedad y del hospital por un día.
– El día del deseo se observó que los niños presentaban un aumento de las emociones positivas como vigor, bienestar, calma y gratitud. Además, descendían las emociones negativas: hostilidad, fatiga y soledad. En concreto, experimentar un alto nivel de emociones positivas en el día del deseo se relaciona con menor ansiedad ante los tratamientos, mejores relaciones sociales, mejor funcionamiento cognitivo y menos problemas de funcionamiento.
– Tres semanas después de cumplir el deseo se registraron los siguientes datos: descenso de los sentimientos de soledad; se encuentran más satisfechos con su vida; sienten una mejor calidad de vida en relación a su salud o al funcionamiento de las actividades escolares; y mayor percepción de beneficios en su enfermedad. El informe médico percibe una mejoría a nivel psicológico en los niños hospitalizados tres semanas después de conseguir el deseo.
Los deseos relacionados con “conocer” o “visitar” tienen efectos más beneficiosos en los niños y sus padres en comparación con los deseos relacionados con “tener”. Estos efectos diferenciales se mantienen 6-9 meses después.
Mantener el recuerdo del deseo
Con el fin de mantener durante más tiempo estos efectos positivos del deseo, se recomienda que dentro de la familia se sigan estrategias para favorecer el recuerdo del día del deseo (a través de la escritura de un diario, visionando fotos y vídeos del deseo, elaborando y colgando un mural con fotos en la habitación), estrategias dirigidas a promocionar emociones positivas como la gratitud (a través de la escritura de relatos o cartas a la fundación), o realizar actividades que guarden relación con el deseo en particular (por ejemplo, apuntarse a un equipo de fútbol tras conocer a su jugador favorito). Estas estrategias pueden mantener y potenciar los efectos beneficiosos del deseo.