Las partes más afectadas del organismo por la alergia suelen ser las vías respiratorias (la nariz y los ojos), pero también existe una zona que conecta el oído con la nariz y la garganta a través de la trompa de Eustaquio y contribuye a que el oído también pueda verse perjudicado. Muchas veces estos cuadros alérgicos van acompañados de molestias auriculares o sensación de taponamiento, algo que podría derivar en una leve pérdida de audición. Por eso, la inflamación y acumulación de mucosidad en las vías respiratorias pueden derivar en otitis, rinitis o infecciones en el oído.
Las partes más afectadas del organismo por la alergia suelen ser las vías respiratorias (la nariz y los ojos), pero también existe una zona que conecta el oído con la nariz y la garganta a través de la trompa de Eustaquio y contribuye a que el oído también pueda verse perjudicado. Muchas veces estos cuadros alérgicos van acompañados de molestias auriculares o sensación de taponamiento, algo que podría derivar en una leve pérdida de audición. Por eso, la inflamación y acumulación de mucosidad en las vías respiratorias pueden derivar en otitis, rinitis o infecciones en el oído.
Los expertos recomiendan no reprimir los estornudos, síntoma recurrente en las alergias, ya que si obturamos las fosas nasales durante el estornudo ese flujo de aire circulará por la trompa de Eustaquio llegando con gran presión al oído medio. Esta corriente de aire puede provocar desde dolor intenso hasta la ruptura del tímpano o del oído interno, con la consecuente pérdida auditiva que podría ser transitoria o definitiva.