Una de las grandes incógnitas en reproducción asistida es el caso de los llamados “fallos de implantación” (más de tres transferencias embrionarias sin embarazo sin causa explicable). Se trata de pacientes que no se quedan embarazadas cuando tienen embriones de buena calidad y endometrios aparentemente sin problemas o incluso que se quedan embarazas pero se produce una pérdida del embrión. “Hasta un 50 por ciento de estos casos de infertilidad en los que no conocemos la causa por la que se produce el fallo de implantación pueden deberse a factores inmunológicos, cifra que aumenta hasta un 70% en el caso de los abortos naturales”, explica la doctora Silvia Sánchez-Ramón, inmunóloga del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Una de las grandes incógnitas en reproducción asistida es el caso de los llamados “fallos de implantación” (más de tres transferencias embrionarias sin embarazo sin causa explicable). Se trata de pacientes que no se quedan embarazadas cuando tienen embriones de buena calidad y endometrios aparentemente sin problemas o incluso que se quedan embarazas pero se produce una pérdida del embrión. “Hasta un 50 por ciento de estos casos de infertilidad en los que no conocemos la causa por la que se produce el fallo de implantación pueden deberse a factores inmunológicos, cifra que aumenta hasta un 70% en el caso de los abortos naturales”, explica la doctora Silvia Sánchez-Ramón, inmunóloga del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
La Clínica Tambre, en colaboración con el Servicio de Inmunología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha desarrollado una terapia basada en la determinación de células natural killer (NK) en mujeres con fallos de implantación. “Estas células son muy importantes no sólo en la tolerancia al feto, sino también en la formación de las arterias espirales uterinas para que le llegue el oxígeno y nutrientes adecuados al feto. Hemos comprobado que estas células cuando se encuentran en una proporción muy elevada, aumentan su actividad citotóxica en la placenta con el consiguiente riesgo para el embrión.
Las pacientes que se someten a fecundación in vitro, una vez que se ha descartado que los fallos de implantación se deban a factores genéticos, obstétricos o endocrinos, reciben un tratamiento con inmunoglobulinas desde el momento de la transferencia del embrión y durante todo el embarazo. Según explica la doctora Sánchez-Ramón, “se trata de un tratamiento profiláctico del aborto mediante infusiones intravenosas de anticuerpos policlonales tal y como se hace en otras enfermedades de tipo autoinmune o en las inmudeficiencias primarias, es decir, en personas con defensas disminuidas”.
Resultados positivo
El Servicio de Inmunología del Hospital Gregorio Marañón ha aplicado esta terapia a pacientes con fallo gestacional de repetición durante los últimos cinco años con resultados satisfactorios. “De las 40 pacientes tratadas, 20 presentaban abortos de repetición y otras 20 fallos de implantación tras la fecundación in vitro. Tras la aplicación de la terapia con inmunoglobulinas, en el primer caso la tasa de recién nacidos vivos es del 95%, mientras que en el caso de los fallos de implantación tras fecundación in vitro la tasa de gestación es del 75% y hasta el 82% de ellas logran un recién nacido vivo sano”, detalla la experta.