Una alteración del estado del ánimo en los niños ha sido tipificado como trastorno psiquiátrico e incluído en el manual de referencia internacional para el diagnóstico de patologías psiquiátricas (DSM–5). Los criterios que aparecen en el manual para diagnosticar el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo (DDEA) son: presencia de graves arranques emocionales no acordes con el nivel de desarrollo, descontrol conductual y verbal y respuestas desproporcionadas ante situaciones de la vida cotidiana. El estado de ánimo de los niños que padecen el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo es irritable o triste la mayor parte del día. Pero además, para que sea diagnosticado, la conducta debe mantenerse al menos un año con un periodo no superior a tres meses libre de síntomas. Para que sea trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo (DDEA), los síntomas deben darse en al menos dos de los tres ámbitos más importantes del niño: casa, escuela, círculo de amigos. No se debe diagnosticar antes de los seis años porque estas conductas suelen ser frecuentes entre los más pequeños, ni después de los 10 años.