Medidas para protegerse del polen
Si tu hijo es alérgico al polen debes tener en cuenta una serie de medidas para evitar que entre en contacto con él: procura que no juegue sobre el césped (sobre todo si es alérgico al polen de gramíneas); mantén bien cerradas las ventanas de casa y del coche si viajáis; evita que realice actividades al aire libre en las horas de mayor polen, entre las 5 y las 10 de la mañana y, por la tarde, entre las 19 y las 22 horas; no pongas a secar la ropa en el exterior en los días de recuentos altos de pólenes; y coloca filtros en los aparatos de aire acondicionado de la casa y del coche. Puedes consultar los recuentos de polen a diario en la web www.polenes.com. Ten en cuenta también que si tu hijo es alérgico al polen de gramíneas (hierba común) también puede hacerse alérgico al melocotón, los especialistas han encontrado relación entre ciertas alergias respiratorias y alergias a alimentos, es lo que se denomina alergias cruzadas. Lo mismo ocurre con la alergia a los ácaros del polvo y las gambas.
Cómo tratar los síntomas
El tratamiento farmacológico es importante para aliviar los síntomas (conjuntivitis y rinitis), ya que gracias a los antihistamínicos, principalmente, y a otros fármacos como inhaladores y colirios, se logra mejorar. Además, “los tratamientos que se utilizan habitualmente son fármacos con un perfil de seguridad muy bueno y en el caso concreto de los antihistamínicos de segunda generación, tienen la ventaja de no producir somnolencia”, ha explicado el Dr. Ojeda.
Si el pequeño sufre los síntomas por primera vez o no habéis podido ir antes al alergólogo, lo mejor es que acudas al pediatra para que le recete el tratamiento más adecuado que pueda aliviarle. Los antihistamínicos de segunda generación, como por ejemplo Clarityne (loratadina), no producen somnolencia a la dosis recomendada. Puede utilizarse en niños desde los dos años, aunque se comercializa sin receta médica, lo más prudente es consultar antes con el médico.