Los ahogamientos son, hoy por hoy, la segunda causa de mortalidad infantil entre los niños de uno a cuatro años y se producen con mayor frecuencia en las piscinas privadas que en las públicas. “En este tipo de lesiones –indica el doctor Parise– es donde debemos extremar las medidas de prevención ya que poco podemos hacer cuando un niño se cae al agua sin que nadie se haya percatado. La consciencia se pierde a los dos minutos y el daño cerebral es irreversible a los cuatro o seis minutos”. Tan sólo vallando las piscinas de forma regulada se logra un 95% más de protección. Asimismo, se recomienda la utilización de elementos de flotación en los niños “y en la medida de lo posible detectores que alertan de cada entrada en el agua, aunque ninguna de estas medidas pueden reemplazar a la vigilancia por parte de padres o cuidadores”.
En niños más mayores y adolescentes, también se produce una tasa considerable de ahogamientos “inclusive en jóvenes que saben nadar”. Una parte de los mismos se produce por el uso de toboganes (cerca del 20%) y otros por los saltos al borde de la piscina (15%). En el mar abierto, son los adolescentes el principal grupo de riesgo, “sobre todo cuando se asocia al consumo de alcohol”.
Medidas de prevención
El Comité de Seguridad y Prevención de Accidentes de la Asociación Española de Pediatría recomienda las siguientes medidas:
–Piscinas
Los ahogamientos son la segunda causa de mortalidad infantil en niños pequeños entre uno y cuatro años y se producen, sobre todo, en las piscinas privadas. Tan sólo con colocar una valla que impidiera el acceso no controlado de los niños a la piscina y el uso de flotadores se podría evitar la mayoría de los ahogamientos. También, se aconseja extremar el cuidado en piscinas con tobogán o cuando los niños están al borde a la piscina.
–Submarinismo y buceo
Un niño no es lo mismo que un adulto: su cuerpo se enfría más deprisa, por lo que las inmersiones no deben durar más de 10 minutos en aguas frías y no más de 25 minutos en aguas cálidas (submarinismo).
Se recomienda que los niños menores de 12 años no practiquen submarinismo y para aquellos que realizan buceo con tubo es fundamental un equipo de flotación adecuado y enseñarles unas señales básicas para que puedan trasmitir cómo se siente en cada momento. En aguas frías se debería usar traje isotérmico, también recomendado para evitar abrasiones.
–Navegación
La navegación de recreo produce más accidentes mortales relacionados con el trasporte después de la circulación por carretera. Las lesiones más frecuentes son los golpes con la botavara (palo de la vela) y la caída por la borda. La principal recomendación es exigir que los niños lleven en todo momento el chaleco salvavidas y que al menos viajen tres adultos en la embarcación cuando viajen menores. Asimismo, se les debe advertir a los niños donde se encuentran las hélices y explicarles los riesgos que conlleva.
–Deportes acuáticos
Las motos acuáticas tienen una fama merecida de ser vehículos peligrosos, por ello, se deben extremar aún más las precauciones con los mismos impidiendo su uso a menores de 18 años e inclusive sería interesante exigirles algún permiso de navegación que acredite algún conocimiento. El casco y otras medidas protectoras (mitad de un traje isotérmico) deben ser obligatorios tanto para el que conduce la moto como posibles pasajeros. Asimismo, se debería prohibir el salto de olas.
Las playas se llenan además de neumáticos u otros aparatos hinchables que en ningún caso deberían ser manejados por niños y en el caso de que vayan sujetos a una embarcación se deben extremar las precauciones ya que sucede con frecuencia que puedan ser lanzados donde están otras embarcaciones.
En el caso del kitesurf se debe exigir como edad mínima los 18 años y se aconseja que hayan recibido previamente un curso de formación. Entre los elementos de protección, no se puede olvidar el caso y el chaleco. Los menores si pueden practicar el windsurf pero siempre bajo vigilancia y equipados con botas, guantes, cascos y flotadores.