El Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas han acordado un protocolo de seguimiento en relación al virus zika en el embarazo con la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). El objetivo es estandarizar las recomendaciones y el tratamiento a las mujeres embarazadas con sospecha o diagnóstico confirmado del virus.
El Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas han acordado un protocolo de seguimiento en relación al virus zika en el embarazo con la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). El objetivo es estandarizar las recomendaciones y el tratamiento a las mujeres embarazadas con sospecha o diagnóstico confirmado del virus.
Las embarazadas y las mujeres con intención de quedarse embarazadas constituyen el principal grupo de riesgo en relación con este virus, dado el incremento observado de casos de microcefalia y otras malformaciones en recién nacidos de mujeres que han estado infectadas, que sugiere una posible asociación que está siendo investigada. El periodo de incubación (tiempo transcurrido entre la exposición y la aparición de los síntomas) de la enfermedad por el virus de zika no está claro, pero probablemente sea de pocos días. Los síntomas son similares a los de otras infecciones, entre ellas el dengue, y consisten en fiebre, erupciones maculopapulares, conjuntivitis, mialgias, artralgias, malestar y cefaleas; suelen durar entre 2 y 7 días.
Recomendaciones a embarazadas
Para las mujeres gestantes que presenten sintomatología compatible con el virus zika tras haber visitado zonas con transmisión, el protocolo establece que se les tomarán muestras de orina y de sangre para descartar la presencia del virus. Además, en aquellas pacientes con síntomas procedentes de zonas endémicas para dengue o chikungunya, se debería descartar también la infección por estos virus.
Del mismo modo, la presencia de hallazgos ecográficos de microcefalia y/o calcificaciones intracraneales en el feto de una mujer con antecedente de haber estado en una zona con transmisión indica también la necesidad de realizar estudios para descartar el virus. En el caso de gestantes asintomáticas procedentes de zonas con transmisión, y en ausencia de estas malformaciones, no estaría indicado descartar la presencia de infección.
En el caso de las embarazadas con datos de laboratorio que confirmen la presencia del virus zika, se realizarán ecografías seriadas para controlar el crecimiento y, sobre todo, la morfología fetal cada dos semanas, siendo imprescindible la valoración de obstetras avanzados en el diagnóstico ecográfico prenatal y en la sospecha diagnóstica de infección fetal.
Ante un recién nacido con evidencia de infección materna del virus zika, el protocolo recomienda llevar a cabo la serología y neutralización en sangre de cordón, examen histopatológico de la placenta y cordón umbilical y PCR del virus en tejido placentario congelado y cordón umbilical.
Medidas de prevención
Por último, en el protocolo se mantienen las recomendaciones para este grupo de mujeres para que pospongan sus viajes a áreas con transmisión del virus zika si no son esenciales. En caso de que no sea posible, deben extremar las medidas de precaución:
– Evitar picaduras de mosquitos usando los repelentes indicados.
– Utilizar ropas, preferentemente de colores claros, que cubran el cuerpo tanto como sea posible.
– Cerrar puertas y ventanas y colocar mosquiteras en las ventanas, además de utilizar mosquiteros de cama.
– También es importante vaciar, limpiar o cubrir los utensilios que puedan acumular agua, como cubos, macetas o neumáticos, eliminando así lugares de cría de mosquitos.