La toxoplasmosis es una enfermedad que si se contrae durante el embarazo puede ocasionar daños en el feto. Se puede evitar si no consumes carne cruda o poco hecha, ni vegetales crudos. El parásito que la provoca muere cuando se cocina el alimento a 70 grados. Pero no debes excluir la carne de tu dieta porque aporta nutrientes esenciales para el desarrollo del bebé.
El toxoplasma gondii es un parásito presente en las heces de determinados animales (gatos, perros, vacas, cerdos, ovejas, roedores y reptiles) que puede pasar a la cadena alimenticia y provocar toxoplasmosis en las mujeres embarazadas. “Esta enfermedad puede producir fiebre y adenopatías (inflamación de los ganglios), o ser asintomática, pero es peligrosa porque puede afectar al feto”, advierte Lorena López Cerero, microbióloga en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla. Según explica esta especialista, el parásito puede llegar a las verduras si en la huerta se contaminan con las heces de los animales. “Hay que lavar bien las verduras, sobre todo si se van a tomar crudas, y sumergirlas en agua con un desinfectante específico para ello o dos gotas de lejía (1% del agua). Lo mejor es cocinarlas porque el parásito se destruye con el calor”, aconseja.
Cómo consumir la carne
El parásito de la toxoplasmosis también puede estar presente en la carne de los animales, de ahí que se recomiende que la embarazada no tome carne cruda o poco hecha. “Los embutidos, como el jamón serrano, se pueden congelar durante un mínimo de tres días a –15º C para matar el parásito, pero ha de hacerse en congeladores industriales para asegurarse de que realmente se ha congelado a esa temperatura”, explica la microbióloga Lorena López Cerero.
La carne en un alimento importante en la dieta de la embarazada, ya que aporta proteínas en cantidades elevadas, colesterol – la embarazada necesita colesterol–, fósforo, hierro, zinc, tiamina, riboflavina, ácido nicotínico, folatos y ácidos grasos saturados.
¿Cómo consumirla? “Este parásito muere a partir de los 70 grados centígrados. Respecto a los patés, los que se comercializan a partir de hígado de oca o de pato no tienen riesgo de transmitir la enfermedad, ya que se trata de aves. En el caso de los de hígado de cerdo, como están previamente cocinados, tampoco la transmitirían”, explica el doctor Juan Ordás, catedrático de Obstetricia y Ginecología y director de la Unidad de Reprodución Asistida del Hospital Vithas Internacional. Las recomendaciones de este especialista son: “Tomar toda la carne bien cocinada, lavarse siempre las manos después de manejar carne cruda, evitar tocar los ojos o las mucosas con las manos sucias de carne cruda y limpiar cuidadosamente todas las superficies de la cocina y del frigorífico que hayan estado en contacto con la carne sin cocinar”.
Dieta vegetariana durante el embarazo
En mujeres con un peso normal, la ingesta ha de ser de unas 2.500 kcal. diarias. Pero hay que asegurarse de que se ingieren todos los nutrientes necesarios para evitar carencias. La carne es muy rica en hierro, un mineral imprescindible para evitar la anemia, un problema que suele aparecer en el segundo trimestre de gestación. El hierro también se puede encontrar en los vegetales, pero nuestro organismo absorbe peor el hierro de origen vegetal que el de origen animal. “Las dietas vegetarianas estrictas o veganas (excluyen todos los alimentos de origen animal) son insuficientes para un correcto desarrollo fetal. Por ejemplo, los aminoácidos esenciales solo se incluyen en una dieta que contenga carnes y pescados. Además, la dieta vegetariana genera también un déficit en calcio y vitamina B–12”, advierte el doctor Juan Ordás.
Si sigues una dieta vegetariana durante el embarazo debes comentarlo con tu médico para que controle tu alimentación y, si detecta carencias, te recomiende suplementos.