Una investigación del departamento de Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid y Fundación Manantial, mostró que el 50% de las personas con enfermedad mental pertenecientes a la Red de Atención Social de la Comunidad de Madrid perdía la custodia de sus hijos. Además, el 30% de esos niños vivía en instituciones lejos de sus padres. Para evitar estas situaciones, el proyecto Casa Verde pretende servir de mediación y punto de encuentro en el régimen de visitas para que los padres puedan interactuar con sus hijos.
Una investigación del departamento de Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid y Fundación Manantial, mostró que el 50% de las personas con enfermedad mental pertenecientes a la Red de Atención Social de la Comunidad de Madrid perdía la custodia de sus hijos. Además, el 30% de esos niños vivía en instituciones lejos de sus padres. Para evitar estas situaciones, el proyecto Casa Verde pretende servir de mediación y punto de encuentro en el régimen de visitas para que los padres puedan interactuar con sus hijos.
“Casa Verde es un lugar acogedor y libre de conflicto, para que el niño vea a sus padres, aunque sea por separado, y realicen actividades conjuntas”, así explicó Raquel del Amo, psicóloga y directora de Casa Verde, uno de los objetivos del proyecto de Fundación Manantial y Obra Social Caja Madrid.
Madres con carencias afectivas
En Casa Verde actualmente atienden a 81 personas en total, de los cuales 23 son madres, 6 padres y 4 mujeres embarazadas. En lo que se refiere a los niños, hay 13 entre los 0 y 2 años y otros tantos entre los 3 y 5 años. “La mayoría de actuaciones del programa se dirigen a un perfil concreto: madres separadas o solteras, que viven con sus propias madres, con escaso apoyo social y con serias dificultades económicas”, explica Raquel del Amo. En la mayoría de los casos, las madres tienen síntomas de carácter afectivo, desde depresiones reactivas a trastornos bipolares y cuadros de ansiedad. “Nos encontramos a madres y futuras madres que, bien por su enfermedad mental o por su situación social, presentan déficits de autoestima, dificultades para vincularse con el bebé y poco apoyo de la red social”, explicó la responsable del programa.
En cuanto a los profesionales, Casa Verde está formado por 5 personas: una psicóloga infantil encargada de la psicoterapia con los niños; una educadora infantil para favorecer el desarrollo del niño y fortalecer los vínculos; un educador de adultos que se ocupa del ocio y tiempo libre familiar, acompañamientos y apoyo y un trabajador social que se encarga de la búsqueda de recursos y orientación laboral.