Anorexia: “Me veo gorda”

¿Sabes cómo descubrir si tu hija padece esta enfermedad?

La anorexia es una enfermedad que afecta a los adolescentes (principalmente mujeres), cuya causa parece estar originada por distintos factores: familiares, socioculturales, predisposición individual, etc. Son jóvenes que se ven gordas (aunque estén delgadas) y hacen todo lo inimaginable por adelgazar (incluido el mentir a sus padres).

Los adolescentes que padecen esta enfermedad sienten un deseo irrefrenable de delgadez, lo cual les lleva a una reducción autoimpuesta de la ingesta de alimentos. Suelen ser jóvenes sin patología previa y consideradas como “niñas modelo” (buenas estudiantes, ordenadas y de conducta ejemplar). Se ven gordas, aunque todo el mundo les diga lo contrario. La mayoría de las veces muestran un comportamiento bulímico (ingieren grandes cantidades de comida sin mostrar placer por ella) y seguidamente se provocan el vómito. También suele aparecer amenorrea (ausencia de la regla), de hecho, es un síntoma característico que en más del 70% de las pacientes suele presentarse precozmente, cuando la pérdida de peso es discreta. En las familias sin hijos varones o en las que la paciente es hermana menor de uno o varios varones, se ha visto mayor prevalencia.
Para trata la anorexia  puede suele resultar imprescindible la hospitalización (en algunos casos leves puede ser suficiente el seguimiento ambulatorio) de la enferma con el fin de supervisar adecuadamente su conducta alimentaria y para romper una situación ambiental, que puede ser el desencadenante del trastorno. “Es muy importante establecer con el paciente una relación terapéutica sólida y duradera”, explica la enfermera Carmen García.

¿Cómo saber que si tu hija padece anorexia?
Estas son algunos rasgos de la conducta de las jóvenes con anorexia:

  • Reducen progresivamente la cantidad de comida diciendo: “No tengo hambre” o “tengo el estómago lleno y me duele” o simplemente mienten.
  • Aumentan la actividad física, se vuelven más hiperactivas y hacen mucho deporte.
  • Suelen adquirir un considerable nivel de “desconocimientos” dietéticos, intentando imponer sus criterios al resto de la familia. Es frecuente el uso de laxantes y diuréticos. La pérdida de peso no hace variar su convicción de estar gorda.
  • En algunos casos, a partir de una pérdida del 30–40% del peso inicial, la hiperactividad cede y aparece una cierta apatía y un humor depresivo; en otros casos, persiste la hiperactividad a pesar de su estado físico. En esta fase, la pérdida de sensación de hambre es habitual, con alternancia de ayuno y episodios bulímicos.
  • Niegan la enfermedad, tienen un deseo irrefrenable de delgadez y miedo a engordar, junto con la resistencia a cualquier intento familiar de variar sus pautas alimentarias.

Tratamiento de la anorexia
En el tratamiento debe ser seguido por el endocrino, el psicólogo y la enfermera. Durante el mismo se debe controlar la conducta alimentaria y evitar situaciones como: jugueteo con la comida, esconder la comida, tirarla o vomitar. Y después de la comida se debe controlar la actitud de la paciente: debe hacer reposo y cumplirlo durante el tiempo establecido, evitar los paseos de forma insistente; evitar la práctica de gimnasia (tienen tendencia a hacerlo a escondidas); vigilar su ritmo intestinal, evitando toma de laxantes y diuréticos; control del peso, sin que la paciente lo vea y de forma imprevista (una o dos veces por semana); ayudar a mantener la higiene personal y el aspecto del paciente, fomentando el interés por el mismo; fomentar actividades de recreo con las que no gaste energías, como lectura, manualidades, etc.