El virus que más frecuentemente produce estas infecciones es el virus respiratorio sincitial (VRS), responsable del 80% de los casos de bronquiolitis en niños menores de un año. Se trata de una enfermedad en la que se produce una obstrucción de los bronquiolos, unas vías respiratorias muy estrechas y con escaso desarrollo en los casos de bebés pertenecientes a los grupos de riesgo. Entre los cuales se encuentran los lactantes, bebés nacidos prematuros, los niños con síndrome de Down, los que tienen cardiopatías congénitas y los que padecen enfermedades pulmonares crónicas.
Según el doctor Figueras Aloy, del Servicio de Neonatología del Hospital Clínic de Barcelona y presidente de la Sociedad Española de Neonatología (SEN), “ante las infecciones respiratorias es importante destacar la necesidad de prevención de las mismas, principalmente y en mayor medida representadas por la neumonía y la bronquiolitis, para las que existen medidas higiénicas sencillas como el lavado de las manos, mantener limpias las superficies con las que el niño vaya a estar en contacto o evitar el humo del tabaco cerca de los bebés. Existen además otro tipo de medidas preventivas, como las vacunas y tratamientos profilácticos, realmente efectivas cuando el especialista las prescribe en los casos indicados”.
Las infecciones respiratorias agudas (IRA): qué son y cómo prevenirlas
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son todas aquellas patologías infecciosas que afectan a las vías respiratorias y las inflaman. Se padecen principalmente en la población pediátrica durante los primeros años de vida y presentan unas altas tasas de incidencia y morbilidad.
Son unas infecciones altamente contagiosas que están en la mayor parte de los casos causadas por virus; sin embargo también pueden intervenir, aunque en menor medida, algunos agentes bacterianos.
Las diferentes medidas, tanto higiénicas como preventivas, para evitar el contagio de infecciones respiratorias en la población pediátrica consisten en:
– Lavarse las manos antes y después de entrar en contacto con el niño.
– Mantener limpias las superficies con las que el niño vaya a estar en contacto, así como sus juguetes y el material de bebé como los chupetes, biberones, etc.
– Evitar en la medida de lo posible los ambientes y entornos cerrados y potencialmente contagiosos como guarderías o colegios, evitar la cercanía a personas enfermas o que padezcan algún tipo de infección.
– Utilizar pañuelos desechables y tirarlos inmediatamente después de su uso con el fin de evitar la permanencia y circulación de los virus.
– Evitar el humo del tabaco cerca de los bebés.
– Cumplir con las vacunas recomendadas y, en el caso de que se trate de un paciente en riesgo de padecer una infección por VRS, prevenirla a través de la aplicación de un tratamiento profiláctico administrado mensualmente durante los meses invernales.