El informe Alergológica 2005, realizado en toda España con participación de 4.991 pacientes, constata que la alergia a alimentos como motivo de consulta se ha duplicado, pues del 3,6% del total de casos atendidos se ha pasado ahora al 7,4%. Además los episodios son a su vez más graves, ya que se ha visto un auge en las hospitalizaciones y en las reacciones alérgicas generalizadas (anafilaxia). Asimismo, dos de cada diez reacciones que padecen los niños alérgicos a determinados alimentos se produce en el colegio. “El hecho de que exista un porcentaje tan alto de reacciones alérgicas a alimentos en el colegio se debe a que es el lugar donde los niños pasan más tiempo y donde es más difícil poder controlar los alérgenos (desayunos, almuerzos, comidas, etcétera.) Por este motivo, debe informarse a los centros escolares sobre qué es, porqué se produce, cómo se detecta, cómo se evita y algo fundamental, cómo se actúa”, afirma Carmen Panadero, representante de la Asociación Española de Alérgicos a Alimentos y Látex (AEPNAA).
Ni el profesorado ni el personal de los centros educativos tiene formación sobre cómo actuar correctamente en estos casos, que pueden llegar a ser potencialmente graves. “La gravedad de algunas de estas reacciones alérgicas puede afectar a todo el organismo, causando un proceso conocido como anafilaxia, que puede llegar a resultar mortal si el afectado no recibe tratamiento inmediato”, explica la doctora Arantza Vega, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Por este motivo, AEPNAA y la SEAIC con la colaboración de ALK Abelló demandan, a través del lema “Al cole más seguros” mayor formación e información en los centros educativos ante los casos graves de alergia. “Es necesaria la colaboración entre médicos, enfermeras comunitarias y escolares, personal escolar, padres y el niño para asegurar que todo el personal sabe prevenir, reconocer e iniciar el tratamiento de las reacciones alérgicas y que los menores alérgicos están protegidos”, recalca Panadero.
Reacciones generalizadas
Una de las causas más frecuente de anafilaxia es la alergia a alimentos. En las edades más tempranas los alimentos con mayor potencial alergénico son el huevo y la leche, pero a medida que los niños crecen pueden desarrollar nuevas sensibilidades: a la fruta, a los frutos secos, pescado… La anafilaxia es la reacción alérgica más grave que puede ocurrir, con riesgo incluso de llegar a comprometer la vida del paciente (hinchazón de cara, dificultad para respirar e incluso pérdida de conocimiento). Tal y como explica la doctora Vega, “es de vital importancia reconocer inmediatamente un episodio de anafilaxia e iniciar el tratamiento adecuado a la mayor brevedad posible”.
Solución para situaciones de emergencia
Uno de los aspectos destacados es el entrenamiento en el uso de la medicación de emergencia. En esta situación el tratamiento indicado es la administración de adrenalina. Muchos alérgicos, conocedores de su riesgo, portan siempre dispositivos para la autoadministración de esta sustancia. Las nuevas plumas precargadas (similares a un bolígrafo) son muy fáciles de usar gracias a su intuitivo diseño. “La ventaja de los autoinyectores es fundamentalmente la sencillez de uso, cuestión prioritaria cuando se tiene que actuar con rapidez. Hay que tener en cuenta que en caso de que la reacción alérgica derive en anafilaxia, lo único que la revierte es la adrenalina”, comenta Panadero. Estos nuevos dispositivos son aún más fáciles de usar por ser más intuitivos (simplemente se apoyan en la cara externa del muslo y se presiona).