– ANTIBIÓTICOS. No deberían emplearse antibióticos en enfermedades respiratorias aparentemente virales (sinusitis, faringitis o bronquitis). El uso de medicación innecesaria para enfermedades respiratorias virales puede conducir a resistencia de antibióticos.
– ANTITUSIVOS. Los medicamentos para la tos y el constipado no deberían ser prescritos para niños por debajo de los 4 años.
– ESCÁNERES. Los escáneres de tomografía computerizada no son necesarios en la evaluación inmediata de lesiones menores de cabeza. Se debe emplear la observación clínica y los criterios específicos sobre cuidados de urgencia pediátrica para determinar si está indicado el estudio de imagen.
– RAYOS X. La exposición innecesaria a los rayos X supone un peligro considerable para los niños, incluyendo un aumento del riesgo durante la vida de cáncer ya que el tejido cerebral del niño es más sensible a la radiación ionizante al igual que los demás órganos.
– RESONANCIA MAGNÉTICA. Las pruebas de neuroimagen (imágenes de resonancia magnética y tomografía computerizada) no son necesarias en niños con convulsiones febriles simples.
– ESTEROIDES. No prescribir dosis elevadas de esteroides (dexametasona, 0,5 mg/kg por día) para la prevención o tratamiento de displasia broncopulmonar en bebés pretérmino.
– CULTIVOS DE ORINA. Evitar el uso de cultivos de vigilancia para la detección y tratamiento de ‘bacteriuria’ asintomática. Existen mínimas evidencias de que los cultivos de orina de vigilancia o el tratamiento de bacteriuria asintomática sea beneficioso. Los cultivos de vigilancia son costosos y producen resultados de falsos positivos y falsos negativos.
– MONITORES DE APNEA. Los monitores de apnea domiciliarios para los bebés no deberían utilizarse de forma rutinaria para prevenir el síndrome de muerte súbita del bebé. No existen evidencias de que el uso de monitores de apnea domiciliarios para los bebés disminuya la incidencia de muerte súbita.