El riesgo de presentar una reacción alérgica a picaduras de insectos, como las avispas o las abejas, aumenta durante los meses de verano y los niños son los más propensos a sufrirlas, según la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP). La SEICAP aconseja a los padres tomar precauciones, sobre todo si sus hijos ya han sufrido una primera picadura, ya que las reacciones alérgicas suelen aparecer en la segunda.
En España se ha introducido una nueva especie de avispa mucho más agresiva que ya se ha cobrado varias vidas. Se trata de la Vespa velutina, también conocida como avispa asiática o avispa asesina. Llegó a la Península en 2010 y se ha adaptado al clima del norte del país, asentándose sobre todo en Galicia. También se ha detectado su presencia en Cataluña, Castilla y León y Navarra. Son ejemplares más grandes que las avispas autóctonas, por lo que inyectan más cantidad de veneno. Llama la atención el color amarillo del extremo de sus patas y el negro de su abdomen.
Las reacciones alérgicas al veneno de las avispas y las abejas, “se producen tras una segunda picadura y pueden tener consecuencias fatales”, advierte el doctor Íbero. La primera vez el niño puede quedar sensibilizado al veneno y sólo sufrir una hinchazón local de la zona donde se ha producido. Si ya ha desarrollado alergia, la segunda vez que sufra una picadura de uno de estos insectos puede tener, en pocos minutos, “una reacción sistémica o anafiláctica, con síntomas como el ahogo, picazón generalizado en todo el cuerpo, taquicardia, bajada de tensión arterial, mareo y peligro de muerte”, añade.
Si un niño sin antecedentes de alergia sufre una picadura de insecto y empieza a sufrir síntomas graves, más allá de la hinchazón local, “deberá acudir de inmediato al servicio de urgencias más cercano que le derivará al Servicio de Alergia Pediátrica. Mientras tanto, aconsejamos poner frío en la zona para evitar que se absorba el veneno con rapidez. También se puede practicar un torniquete, si la picadura se ha producido en un brazo o pierna”, explica el doctor Íbero.
El tratamiento para los pacientes que ya han sido diagnosticados de alergia al veneno de avispas o abejas es “muy efectivo pues consigue abortar las reacciones alérgicas y está basado en la inmunoterapia específica a través de vacunas con los venenos de los insectos”, explica el presidente de la SEICAP. Dura al menos cinco años y su efectividad es probada mediante la picadura controlada del insecto. Los alergólogos pediátricos enseñan a estos niños y a sus padres a inyectarse adrenalina mediante un autoinyector que siempre deben llevar consigo para casos de reacción.
Extremar las precauciones
Para evitar sufrir los síntomas de una picadura de insectos de este tipo, los alergólogos pediátricos recomiendan extremar la precaución cuando se esté al aire libre y evitar en la medida de lo posible realizar comidas en el campo pues los insectos acuden a ella. “En el caso de los que tengan riesgo de sufrir alergia, es recomendable no vestir con colores llamativos ni estampados y con manga larga y pantalón largo”, aconseja el presidente de la SEICAP.
Aunque no son tan frecuentes como las de avispa o abeja, en verano también se pueden desarrollar alergias a las picaduras de otros insectos como las cucarachas, los mosquitos, las hormigas o las pulgas. “Las reacciones a las picaduras de mosquitos suelen ser molestas y en algunos casos espectaculares, pero no son peligrosas para la vida. En cualquier caso, se aconseja el uso de insecticidas, repelentes para la piel cuando se está en el exterior y, en caso de picadura, el uso de alguna crema de tipo corticoide y antihistamínico para los picores”, explica este experto.