Los investigadores realizaron un ensayo dietético en el que participaron 52 mujeres embarazadas. Las mujeres del grupo con tratamiento tomaron una cápsula de aceite de pescado que contenía 300 miligramos de ácido graso omega 3 cinco días a la semana durante las semanas de la 24 a la 40 de gestación. Esta cantidad es la equivalente a media ración de salmón.
Los investigadores realizaron un ensayo dietético en el que participaron 52 mujeres embarazadas. Las mujeres del grupo con tratamiento tomaron una cápsula de aceite de pescado que contenía 300 miligramos de ácido graso omega 3 cinco días a la semana durante las semanas de la 24 a la 40 de gestación. Esta cantidad es la equivalente a media ración de salmón. Estas mujeres tuvieron puntuaciones inferiores en una escala estándar de detección de la depresión postparto, en comparación con el grupo de control (mujeres que tomaron placebo: una cápsula de aceite maíz), al informar de menores síntomas asociados con la ansiedad y pérdida de control. Los investigadores concluyeron que el consumo de ácidos grasos Omega 3 durante el embarazo, al menos a niveles que se encuentra en los alimentos, puede disminuir los síntomas de la depresión.
Las conclusiones sugieren que las mujeres embarazadas deberían consumir al menos una ración de pescado alto en Omega 3, dos o tres veces por semana para mejorar su salud mental tras dar a luz. Aunque los suplementos de aceite de pescado podrían ser más asequibles para algunas mujeres, la opción más nutritiva procede del pescado, que también es más rico en proteínas y minerales. Hay que tener en cuenta que recientemente la Agencia Española de Seguridad Alimentaria ha desaconsejado el consumo de pescado grandes (cazón, tintorera, atún y pez espada) en las embarazadas y niños menores de tres años por su alto contenido en mercurio. Sin embargo, existen otros pescados azules ricos en estos ácidos grasos Omega 3, como la sardina, el boquerón, el salmón o el chicharro. Los ácidos grasos Omega 3 también se encuentran en algunas fuentes vegetales como las semillas de lino, la semilla de chía, el sacha inchi (48% de omega 3), los cañamones y las nueces.