Los alimentos “light” o “bajos en grasas” sí ENGORDAN

Los alimentos que incluyen leyendas saludables en su etiquetado: “bajos en grasa”, “light”, “adelgazante”, “detox”, venden hasta un 30% más. Pero no todos cumplen con lo que anuncian. ¿Quieres saber por qué?

En el caso de los productos light (sin azúcar), no tienen glucosa, “pero llevan endulzantes muy potentes que pueden tener efectos sobre el cerebro, incitando al consumo de más productos dulces”, señala la doctora Susana Monereo, directora de la Unidad de Endocrinología del Hospital Vithas Internacional.
Con los llamados alimentos bajos en grasa, por ejemplo algunos yogures, puede ocurrir que, aunque tengan menos grasas, “contengan gran cantidad de azúcares, de modo que ni adelgazan ni son más saludables”.

En el caso de los productos light (sin azúcar), no tienen glucosa, “pero llevan endulzantes muy potentes que pueden tener efectos sobre el cerebro, incitando al consumo de más productos dulces”, señala la doctora Susana Monereo, directora de la Unidad de Endocrinología del Hospital Vithas Internacional.
Con los llamados alimentos bajos en grasa, por ejemplo algunos yogures, puede ocurrir que, aunque tengan menos grasas, “contengan gran cantidad de azúcares, de modo que ni adelgazan ni son más saludables”.
Sobre los productos gluten free, la especialista apunta que son aptos para intolerantes al gluten, pero no debe extenderse su consumo generalizado al resto de la población: “Aunque efectivamente no llevan gluten, incluyen otro tipo de carbohidratos refinados de alto índice glucémicos que nada tiene que ver con la etiqueta de saludable o adelgazantes”. La recomendación, para evitar este tipo de situaciones, es “leer siempre bien el etiquetado y asegurarse de que no existen azúcares o grasas escondidas bajo otro tipo de nombres”, advierte la experta.

¿Sacarina o azúcar?
Este es el gran dilema cuando llega la época de ponerse a dieta. Numerosos estudios evidencian que no se consigue una gran bajada de peso al sustituir el azúcar por el edulcorante. “La explicación de por qué ocurre no está del todo clara, pero parece como si el cerebro detectara la sustitución, de manera que el individuo compensa la ingesta con otros nutrientes. A nivel intestinal, además, parece ser que se detecta la diferencia, de modo que no se produce la misma saciedad que con los azúcares”. En ocasiones, además, alimentos calificados como “sin azúcar” no lo son realmente, de ahí la importancia, una vez más, de saber leer el etiquetado correctamente para “poder identificar azúcares con nombres raros que pueden aparecer disfrazados entre los edulcorantes”.